Experta revela cómo revertir el envejecimiento sin cremas caras: un hábito lo cambia todo
Ana María Cuervo comparte claves para un envejecimiento saludable que van más allá de la genética y los tratamientos costosos.
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Ana María Cuervo, codirectora del Instituto para Estudios sobre el Envejecimiento en el Albert Einstein College of Medicine de Nueva York, compartió claves concretas para tener un envejecimiento saludable sin necesidad de recurrir a tratamientos costosos ni suplementos de moda.
En entrevista en Mañanas Blu 10:30 con Camila Zuluaga, la experta explicó que hay un hábito sencillo que puede marcar una gran diferencia.
“Lo que hemos visto es que más que la cantidad de calorías que comes al día, lo importante es separar las comidas”, explicó Cuervo.
Según los estudios que lidera su equipo, cuando el cuerpo pasa períodos sin consumir alimentos, las células activan mecanismos de limpieza internos que son esenciales para mantenerse sanas y evitar enfermedades propias de la edad.
Este proceso se conoce como limpieza celular, y según Cuervo, es uno de los pilares en la investigación que realiza desde hace años. “Igual que limpias tu casa todos los días, las células del cuerpo tienen que limpiarse. Es la forma de mantenerse sanas y más resistentes a enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson”, señaló.
La doctora explicó que con el paso del tiempo, esta limpieza interna disminuye, pero es posible estimularla sin necesidad de medicamentos. ¿Cómo? Dejando períodos sin comida, es decir, evitando picar entre comidas y optando por una alimentación organizada en dos o tres momentos del día.
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Este principio es similar al llamado ayuno intermitente, aunque Cuervo aclara que no es necesario pasar más de 24 horas sin comer para obtener beneficios.
No hay una norma exacta. Puede ser 12, 14 o 16 horas sin comer. No se trata de morirse de hambre, sino de darle al cuerpo tiempo para que active su sistema de limpieza
Además de la alimentación, la experta también destacó otros factores que influyen en un buen envejecimiento:
“Durante la pandemia vimos cómo el aislamiento afectó a muchas personas mayores. Las interacciones sociales tienen un efecto muy positivo. No hay que salir de fiesta todos los días, pero sí mantener el contacto con los demás”, dijo.
Sobre el papel de la genética, Cuervo fue clara en que aunque influye, no es determinante. “No podemos cambiar nuestros abuelos, pero sí podemos cambiar nuestros hábitos. Y esos hábitos pueden ayudarnos a envejecer bien, incluso si no venimos de una familia longeva”.
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Desde su laboratorio, Cuervo y su equipo también han desarrollado compuestos experimentales que han demostrado beneficios en modelos animales para mejorar la limpieza celular y combatir enfermedades neurodegenerativas. Sin embargo, estos desarrollos aún deben pasar por pruebas clínicas antes de llegar al público general.