
Lo que nadie dice sobre los dientes de leche: peligros y cuidados esenciales
Los dientes de leche son más que un paso temporal en el desarrollo infantil. Su cuidado adecuado previene problemas futuros y asegura una sonrisa saludable

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Los dientes de leche, aunque temporales, desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la salud bucal infantil. Muchos padres subestiman su importancia, creyendo que no requieren el mismo cuidado que los dientes permanentes. Sin embargo, ignorarlos puede tener consecuencias graves, desde problemas de alineación hasta infecciones que afectan la dentadura definitiva.
Los dientes temporales no solo ayudan en la masticación y el habla, sino que también actúan como guías para la correcta erupción de los dientes permanentes. Su pérdida prematura puede provocar maloclusiones, alteraciones en la estructura facial y complicaciones en la mordida. Además, mantienen el espacio necesario en los maxilares, evitando futuros problemas de alineación.
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Uno de los mitos más comunes es que los dientes de leche no desarrollan caries. La realidad es que son muy susceptibles a ellas, y una infección en estas piezas puede dañar los dientes permanentes en formación, causando deformaciones o incluso infecciones más graves.
“Las caries en los dientes de leche tienen múltiples causas, siendo la mala higiene bucal y el consumo frecuente de alimentos azucarados o bebidas dulces los principales factores de riesgo”, explica Lala Teresa Ramírez, especialista del Comité de Rehabilitación de Sonría.
La limpieza bucal debe comenzar incluso antes de que aparezca el primer diente. Durante los primeros meses, se recomienda usar una gasa húmeda para limpiar las encías. Una vez que erupcionan los dientes, es fundamental cepillarlos con un cepillo de cerdas suaves y pasta dental recomendada por un odontopediatra. El cepillado debe incluir movimientos circulares, la limpieza de la lengua y el uso diario de hilo dental.
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En Colombia, el 33,27% de los niños entre 1 y 5 años ha presentado caries en dientes de leche, según el IV Estudio Nacional de la Salud Bucal (ENSAB IV). Esta cifra refleja la necesidad de fortalecer las estrategias de prevención. Llevar a los niños al odontopediatra de manera periódica, incluso si no hay molestias, es clave para detectar problemas a tiempo y aplicar medidas preventivas como sellantes dentales o flúor tópico.
Los padres son fundamentales en la educación y el fomento de hábitos saludables. Supervisar el cepillado, evitar que los niños duerman con el biberón y promover una alimentación equilibrada son acciones esenciales. “Con el apoyo de un odontopediatra y la adopción de buenas prácticas en casa, se puede garantizar una salud bucal óptima”, destaca el documento.