Señales en el cuerpo que indican que una persona podría morir en 24 horas, según enfermera
La enfermera de cuidados paliativos explicó tres señales físicas que, según su experiencia, pueden anticipar la muerte en las últimas 24 horas.
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La muerte sigue siendo uno de los temas más difíciles de abordar, tanto en la vida cotidiana como en la medicina. Sin embargo, profesionales dedicados al cuidado paliativo han buscado derribar los tabúes y ofrecer información clara a las familias que acompañan a un ser querido en su etapa final. Una de ellas es Julie McFadden, enfermera especializada y autora del libro Nada que temer: Desmitificando la muerte para vivir más plenamente, quien se ha hecho conocida en redes sociales por explicar, de manera sencilla y sin dramatismos, cómo suele presentarse el proceso de morir.
En una de sus publicaciones recientes, McFadden describió tres signos físicos que, según su experiencia clínica, pueden aparecer en las últimas 24 horas antes del fallecimiento. Su intención, asegura, no es generar alarma, sino brindar a los familiares una guía que les permita comprender mejor lo que ocurre y disminuir la angustia que suele acompañar a este momento.
El primero de ellos es el llamado “ronquido de la muerte”, un sonido áspero y burbujeante que se produce cuando las secreciones se acumulan en la garganta, debido a que el paciente ya no tiene fuerza para tragar o toser. Aunque resulta impactante para quienes lo escuchan, la enfermera enfatiza que no provoca dolor ni incomodidad.
La segunda señal es la “respiración agónica”, que se caracteriza por un patrón irregular: pausas prolongadas, jadeos y suspiros profundos. Este cambio, explica McFadden, refleja que el cuerpo ha comenzado a perder la capacidad de oxigenarse y suele ser una de las manifestaciones más claras de la inminencia de la muerte.
El tercer signo es conocido como la “mirada de la muerte”. En este estado, el paciente permanece con los ojos y la boca abiertos, con una expresión fija y desconectada. Aunque suele estar inconsciente, la especialista sostiene que todavía podría percibir, de manera mínima, la presencia de sus seres queridos.
McFadden subraya que no todas las personas experimentan estas señales, ya que algunas muertes ocurren de manera repentina. Aun así, conocerlas puede ayudar a transformar ese momento de incertidumbre en un espacio de mayor serenidad y acompañamiento.