Un avance científico monumental podría transformar la detección y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. El doctor Tomás Guilarte, decano de la Facultad de Medicina y de Salud Pública de la Universidad de Florida en Miami, reveló recientemente detalles sobre el descubrimiento de un biomarcador proteico relacionado directamente con la inflamación cerebral. Este marcador ofrece la posibilidad de identificar la enfermedad décadas antes de que se manifieste clínicamente, abriendo una ventana crítica para la intervención terapéutica.
El descubrimiento, fruto de décadas de investigación y una crucial colaboración internacional con Colombia, se centra en una proteína que señala el inicio temprano de la neuroinflamación, un proceso que se considera ahora una de las primeras características biológicas del Alzheimer.
El doctor Guilarte explicó la naturaleza de este hallazgo y su trayectoria investigativa al respecto:
"Si este marcador es una proteína relacionado con la inflamación del cerebro, que mi laboratorio he estado estudiando hace 30 años. Entonces, lo mismo aplicado a los estudios del Alzheimer en dos niveles. en ratones eh que genéticamente se han diseñado para que desarrollen alzarme y también en colaboración con el gran colega y amigo al doctor Francisco Lopera de la Universidad de Antioquia en Medellín, eh donde eh fue parte de estos estudios. Como ya ustedes saben, él falleció hace un año atrás a este mes, pero eh la contribución de de su grupo y los tejidos de los pacientes con la mutación Python fueron ah muy muy importantes para para este estudio".
Este biomarcador no solo ofrece un diagnóstico potencial, sino que también valida la hipótesis de que la inflamación crónica es un factor determinante en el progreso de las enfermedades neurodegenerativas, incluido el Alzheimer.
Inflamación cerebral crónica y la microglía
El biomarcador descubierto opera como una señal de alarma bioquímica dentro del cerebro. Su presencia elevada indica que el proceso inflamatorio ha comenzado mucho antes de que se observe cualquier deterioro cognitivo en el paciente.
Detalló cómo funciona este marcador a nivel celular, centrándose en el papel crucial de la microglía, las células inmunes residentes del cerebro:
"El biomarcador típicamente está en bajos niveles en una célula del cerebro que se llama microglía. Las microglías son las células que responden a cualquier tipo de daño del cerebro. Y lo que pudimos descubrir es que cuando las ah placas de amiloide empiezan muy al principio de que empiezan a agregarse, las microglías eh migran para ese parte del cerebro y aumentan este tipo de el biomarcador eñalando que inflamación ha empezado y eso empieza muchos años antes que se exprese la enfermedad clínicamente".
La inflamación, si bien inicialmente puede ser un proceso beneficioso de respuesta al daño, se torna problemática cuando se vuelve crónica. La clave de este hallazgo radica en que esta señal de inflamación se detecta en regiones críticas para la función cognitiva.
La posibilidad de detectar la enfermedad con décadas de antelación proporciona una herramienta invaluable, especialmente para aquellas poblaciones genéticamente vulnerables o con historial familiar.
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