Donar para sanar, la consigna de una madre que perdió a su hija
Dina Luz Pardo dona pelucas y nutrientes a niños que padecen cáncer, la enfermedad que le arrebató a su pequeña Camila.
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"¡Oh! Mi niña de solo 6 años, frágil y fuerte, a veces débil y casi siempre valiente. ¡Oh! Mi niña, cuántas lágrimas, cuánto dolor en tan poca vida...".
Así recita Dina Luz Pardo su catarsis convertida en poesía. Su profesión es la comunicación y su oficio, dirigir el gremio de comerciantes del centro de Barranquilla, pero su vida es la de una filántropa que se desahoga con poemas y con acciones busca transformar el dolor que, 13 años después, aún siente porque el cáncer le arrebató a su hija Camila.
"Es un dolor constante, punzante, aunque uno aprende a llevarlo al lado, igual no deja de serlo. No hay nombre para describir lo que se siente ante la pérdida de un hijo", dice.
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Como si se tratara de un juego, Dina Luz le enseñó a su pequeña hija a luchar su propia guerra contra los soldados malos, como les llamaban a las células cancerígenas.
Y Camila no solo aprendió a combatir. Sus 8 años, 9 meses y 21 días de vida le bastaron para entrenar a otros niños enfermos y dejarle claro a su mamá que la labor, aún sin ella, debía continuar.
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A la luz de la fundación Albricias, Dina Luz se ha encargado de buscar nutrientes para los niños que luchan contra el cáncer y pelucas para las niñas que también afrontan la misma batalla.
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"Yo decido que fueran pelucas, porque cuando a mi hija se le cayó el cabello sufrió mucho, le dio una depresión muy fuerte y lo único que le ayudó fue la peluquita que le conseguí", recuerda.
Su misión también es apoyar a las madres que van por ese duro tránsito, porque quien como ella para hablarles con sus más sentidas y premiadas letras:
"Yo no me lo imagino, lo sé, que no hay nada más maravilloso que ser madre... Yo no me lo imagino, lo sé, que no hay dolor más grande que dejar de serlo, yo no me lo imagino, lo sé...".
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