En un entorno donde la empleabilidad y la formación técnica son factores decisivos para el desarrollo de un país, la Universidad ECCI se ha posicionado como una de las instituciones más innovadoras de Colombia gracias a su enfoque en educación por ciclos. Con más de 70 mil personas conformando su comunidad académica y tres sedes activas, la ECCI, con sede Bogotá , Medellín y Cali continúa fortaleciendo su promesa de calidad, accesibilidad y pertinencia.
Desde 1977, esta universidad ha evolucionado de cuatro programas y 18 estudiantes a más de 16.000 alumnos activos en 2025, con el respaldo de 848 docentes y una red de egresados que supera los 65.000. “Pasamos de 18 estudiantes en 1977 a más de 20.000. Hemos crecido de forma orgánica, respondiendo a las necesidades del país”, asegura el rector Fernando Soler López.
Uno de los pilares del éxito institucional ha sido la implementación del modelo educativo por ciclos, que permite a los estudiantes obtener títulos técnicos y tecnológicos con salida laboral temprana, y luego avanzar hacia el título profesional dentro del mismo programa y sin cambiar de universidad. “Este modelo les permite titularse parcialmente, entrar al mercado, ganar experiencia y volver a completar su formación profesional en la misma institución”, explica el rector.
Ejemplos claros de esta estructura modular son programas como Tecnología en Procesos Químicos Industriales, que puede continuar hacia Ingeniería Química, o Tecnología en Automatización, con paso a Ingeniería Mecatrónica. A diferencia de otras instituciones que ofrecen únicamente programas técnicos sin continuidad académica, ECCI brinda una formación escalonada con titulación progresiva, lo que amplía considerablemente las oportunidades laborales y académicas de los jóvenes.
La oferta educativa de la Universidad ECCI incluye 31 programas de pregrado, 7 especializaciones, 6 maestrías y un doctorado.
Su catálogo tecnológico abarca áreas como Mecánica Automotriz, Robótica Industrial, Producción de Moda, Procesamiento de Polímeros y Mantenimiento de Equipos Biomédicos, entre otros. Estos programas combinan teoría y práctica mediante el uso de laboratorios físicos, simuladores virtuales y entornos inmersivos como el metaverso.
El perfil ideal del estudiante ECCI es el de un joven con necesidad de ingreso rápido al mercado, vocación práctica y deseo de avanzar académicamente sin interrupciones. “Obtiene el título de tecnólogo y con este se puede defender ya, aliviar a la familia en los costos, mientras sigue adelante con su carrera profesional”, destaca Soler López.
Con una política clara de inclusión, la ECCI ha logrado democratizar el acceso a la educación superior de calidad. “Nuestro compromiso es con el acceso. No se trata solo de formar ingenieros, sino de ofrecer una vía real para el progreso personal y familiar”, concluye su rector. Este modelo educativo no solo responde a las necesidades del país, sino que también está transformando la manera en que miles de colombianos construyen su futuro profesional.