La familia de Michelle Cobo, una joven de 20 años que murió en 2016 tras someterse a una cirugía estética en Quito, denunció que la justicia ecuatoriana dejó su caso en la impunidad. La Corte Nacional de Justicia declaró prescrita la acción penal por homicidio culposo por mala práctica profesional, decisión que impide la ejecución de las condenas dictadas previamente contra los responsables.
Michelle perdió la vida luego de contraer una grave infección por la bacteria vibrio vulnificus, conocida popularmente como “come carne”, que derivó en una septicemia y posteriormente en un paro cardíaco. Según las investigaciones, la contaminación se habría producido por deficiencias en la asepsia de la sala quirúrgica de la clínica donde se realizó el procedimiento.
En 2019, los médicos Hugo T.C. y Carlos H.B. fueron sentenciados inicialmente a cuatro años de prisión, pena que posteriormente fue aumentada a seis años y ocho meses. La entonces gerente de la clínica, María M.J., recibió una condena de tres años. Sin embargo, la reciente decisión judicial anula la posibilidad de que las penas se cumplan.
“La prescripción no es justicia, es un premio a la estrategia del desgaste. No estamos ante personas absueltas por falta de pruebas, sino frente a sentenciados que evadieron su responsabilidad gracias a vacíos del sistema judicial”, expresó el padre de la joven en un comunicado difundido por la familia.
Los Cobo Vallejo sostienen que el proceso estuvo marcado por tácticas dilatorias impulsadas por la defensa de los acusados, lo que terminó por agotar los plazos legales. Recordaron, además, que tanto Hugo T.C. como Carlos H.B. ya habían sido procesados en otro caso de homicidio culposo por mala práctica profesional que también terminó con la muerte de una paciente.