¿Lujo o ahorro? Experto revela las paradojas del consumidor colombiano
El experto señala que mientras en el lujo global es casi imposible encontrar descuentos —como en la joyería o vehículos de alta gama—, el consumidor local a veces mezcla comportamientos contradictorios: puede realizar una compra suntuosa en una tienda exclusiva y, acto seguido, regatear el precio de un kilo de tomates.
En diálogo con Mañanas Blu, Camilo Herrera, presidente de Raddar, ofreció una visión obre los hábitos de consumo en el país. Según el experto, el comprador colombiano no se puede simplificar fácilmente, ya que fluctúa entre la exclusividad del lujo y la astucia del cazador de ofertas.
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Foto: Bancolombia.
Herrera destaca que existe un perfil híbrido muy común: el cazador de oportunidades, quien sabe exactamente qué producto de alta calidad desea, pero espera estratégicamente a que aparezca un descuento para adquirirlo.
La definición de lujo "a la colombiana"
Uno de los puntos más interesantes de la entrevista fue la definición de lujo, la cual, según Herrera, debe estar ligada a la altísima calidad, la exclusividad y la escasez. Sin embargo, en Colombia existe una percepción particular; por ejemplo, el 64% de los colombianos considera a Arturo Calle como una marca de lujo, a pesar de que técnicamente se clasifica como premium debido a que carece del componente de exclusividad global.
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El experto señala que mientras en el lujo global es casi imposible encontrar descuentos —como en la joyería o vehículos de alta gama—, el consumidor local a veces mezcla comportamientos contradictorios: puede realizar una compra suntuosa en una tienda exclusiva y, acto seguido, regatear el precio de un kilo de tomates,.
Bienes durables y la trampa de lo barato
Al hablar de productos en los que no se debería escatimar, Herrera subrayó la importancia del colchón, señalando que las personas suelen subestimar su valor a pesar de que pasamos un tercio de nuestra vida en él.
En cuanto a los bienes durables, como lavadoras o televisores, el consejo es complejo debido al rápido cambio tecnológico. Herrera explicó que, en la actualidad, a menudo resulta más económico comprar un electrodoméstico nuevo que mandar a reparar uno viejo, ya que la tecnología no solo mejora el producto, sino que reduce su costo de producción.