Todo ocurrió en Missouri, EE.UU., cuando el departamento de emergencias de ese país recibió una llamada de Miracle Moore, una pequeña de tan solo 10 años de edad.
Cuando el operador del 911, Scott Stranghoener, contestó la llamada, la niña le indicó que su madre, Viola Fair, estaba a punto de dar a luz, por lo que no tuvo más opciones que darle instrucciones para atender la emergencia, mientras llegaba la ambulancia a la casa.
A través del teléfono Scott le indicó a la niña que su madre no debía sentarse en un inodoro, sino que debía recostarse en el piso o en el centro de la cama boca arriba; de inmediato la pequeña repitió las palabras y guió a su madre.
Sin embargo, como la mujer presentó dificultades para recostarse, la niña tuvo que buscar unas toallas o cobijas para poner debajo del cuerpo de Viola.
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“Creo que ella rompió fuente…”, fue lo que dijo Miracle al operador de emergencias cuando su madre se recostó.
Segundos más tarde gritó: “¡Ella está aquí! Su cabeza está aquí”.
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De inmediato, Scott le indicó a Miracle que debía limpiarle a la bebé la nariz y la boca con mucho cuidado y sin dejarla caer.
Además, no pudo evitar felicitar a la pequeña por haber ayudado a su madre a recibir a su hermana Jayla.
“Hiciste un muy buen trabajo”, fue lo que dijo el operador a través del teléfono.
La pequeña recibió un reconocimiento por parte del departamento de bomberos por haber ayudado a su madre a dar a luz e indicó que de grande le gustaría estudiar medicina para ayudar a las demás personas, pero por ahora solo quiere ser la mejor hermana para Jayla y cuidar de ella.
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