Una valiosa reliquia terminó destrozada tras un accidente hace unos días, cuando un niño, de cinco años, por error tropezó rompiendo un jarrón de más de 3.500 años de antigüedad en el Museo Hecht, de Isarel.
Según contó el museo arqueológico por medio de sus redes sociales, la pieza data de la Edad de Bronce, entre 1.500 a 2.200 a.C. "Es anterior a la época del rey David y Salomón, típico de la región de Canaán y está destinado a almacenar y transportar el consumo local, principalmente vino y aceite de oliva", señaló la institución.
Este jarrón fue un hallazgo impresionante para el museo, pues la mayoría de reliquias que se encontraban en las excavaciones arqueológicas estaban rotas o incompletas. Sin embargo, esta pieza fue hallada intacta.
¿La familia tendrá que pagar millonaria multa por el accidente?
El museo señaló respecto al accidente que "hay casos en los que los objetos expuestos se dañan intencionadamente, los cuales se tratan con mucha seriedad". No obstante, este acontecimiento se trata de un "accidente", de acuerdo con el Hecht.
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Entonces, debido a que el daño en el jarrón antiguo no fue a propósito, ni el niño ni la familia tendrán que pagar una millonaria multa por el acontecimiento.
La pieza no tenía ningún tipo de protección, esto como parte de la visión del fundador, el Dr. Reuven Hecht, quien ponía especial énfasis en hacer que los objetos arqueológicos sean accesibles al público en general y, como resultado, los objetos se exponen sin mamparas y no detrás de paredes de cristal.
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"Tiene un encanto especial experimentar un hallazgo arqueológico 'cara a cara' y sin barreras, y a pesar de lo que pasó con la jarra, el Museo Hecht continuará esta tradición", señaló el museo.
¿Qué pasará con el jarrón?
Según informó a través de Facebook, el museo empezará con un proceso de curación, para restaurar y conservar la cerámica del objeto. "Dado que existe un registro fotográfico de la jarra y a la luz de la familiaridad con la forma de la jarra, en poco tiempo la jarra volverá a su lugar".
También aprovechará la oportunidad para documentar el trabajo de curación, de modo que pueda ser presentado al público en general y pronto sea posible volver a ver el frasco y también el trabajo que hizo posible su "rescate".
Por su parte, el padre del niño que rompió el jarrón por accidente señaló que lamenta la situación y que "el jarrón ya no será el mismo objeto" a BBC.
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