Okiku, la misteriosa muñeca japonesa a la que no le deja de crecer el pelo
En Japón en 1932, esta muñeca le fue obsequiada a una niña llamada Kikuko que sufría una enfermedad terminal. Al año siguiente ella falleció y sus...
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En Japón en 1932, esta muñeca le fue obsequiada a una niña llamada Kikuko que sufría una enfermedad terminal. Al año siguiente ella falleció y sus padres decidieron cremarla y conservar las cenizas en un cofre especial que guardaron junto a la muñeca.
Tiempo después, los padres notaron que a la muñeca le crecía el pelo, y aunque se lo cortaban, no dejaba de crecer. Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, los padres tuvieron que abandonar su casa pero no querían dejar las cenizas allí, así que las llevaron al templo Mannenji y las guardaron con Okiku.
En ese lugar permanece la muñeca que hoy es visitada por turistas curiosos de ver su largo cabello. Muchos dicen que la niña reencarnó en Okiku, pues en oriente es más arraigada la creencia de que esos objetos absorben energía y espíritus.