Día 9 de la Novena de Aguinaldos 2025: oraciones, gozos y todo completo en PDF
En la noche de Navidad se realiza el día noveno de la Novena de Aguinaldos, la cual pone final al camino de José y María al portal de Belén.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Este miércoles, 24 de diciembre, en la celebración de Navidad, miles de hogares en Colombia se congregan espiritualmente para conmemorar el Día 9 de la Novena de Aguinaldos 2025, una de las tradiciones religiosas más representativas del país y un pilar fundamental de la Navidad colombiana.
La Novena de Aguinaldos, celebrada durante los nueve días previos a la Nochebuena, trasciende el ámbito estrictamente religioso para consolidarse como un fenómeno cultural que ha pasado de generación en generación. Su práctica, profundamente arraigada en la identidad nacional, fortalece los lazos familiares y comunitarios, al tiempo que promueve valores como la humildad, la obediencia y la solidaridad, principios centrales del mensaje cristiano.
En la era digital, la tradición también se adapta. Cada vez más familias optan por descargar Novena de Aguinaldos completa y en PDF, lo que facilita su lectura y seguimiento durante las nueve noches de oración.
La estructura de la Novena de Aguinaldos 2025 se mantiene fiel a la tradición y se repite cada noche. El orden es el siguiente:
Cada jornada inicia con la tradicional Oración para todos los días, una plegaria que reconoce el amor infinito de Dios al entregar a su hijo para la salvación de la humanidad. En ella, los fieles expresan gratitud y suplican que sus corazones se dispongan “con humildad profunda y amor encendido”, para que Jesús encuentre morada en ellos.
"Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo, en nombre de todos los mortales, te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él, te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén".
"La noche ha cerrado del todo en las campiñas de Belén. Desechados por los hombres y viéndose sin abrigo, María y José han salido de la inhospitalaria población y se han refugiado en una gruta que se encontraba al pie de la colina.
Seguía a la Reina de los Ángeles el asno que le había servido de cabalgadura durante el viaje y en aquella cueva hallaron un manso buey, dejado ahí probablemente por alguno de los caminantes que habían ido a buscar hospedaje en la ciudad. El Divino Niño, desconocido por sus criaturas racionales, va a tener que acudir a las irracionales para que calienten con su tibio aliento la atmósfera helada de esa noche de invierno, y le manifiesten con esto su humilde actitud, el respeto y la adoración que le había negado Belén.
Publicidad
Pero ha llegado la medianoche y de repente vemos dentro de ese pesebre, antes vacío, al Divino Niño esperado, vaticinado, deseado durante cuatro mil años con tan inefables anhelos.
A sus pies se postra su Santísima Madre en los transportes de una adoración de la cual nada puede dar idea. José también se le acerca y le rinde el homenaje con que inaugura su misterioso e imperturbable oficio de padre putativo del Redentor de los hombres.
La multitud de ángeles que descienden del cielo a contemplar esa maravilla sin par deja estallar su alegría y hace vibrar en los aires las armonías de esa “Gloria in Excelsis”, que es el eco de adoración que se produce en torno al trono del Altísimo hecha perceptible por un instante a los oídos de la pobre tierra.
Publicidad
Convocados por ellos, vienen en tropel los pastores de la comarca a adorar al “recién nacido” y a presentarle sus humildes ofrendas. Ya brilla en Oriente la misteriosa estrella de Jacob; y ya se pone en marcha hacia Belén la caravana espléndida de los Reyes Magos, que dentro de pocos días vendrán a depositar a los pies del Divino Niño el oro, el incienso y la mirra, que son símbolos de la caridad, de la oración y de la mortificación.
¡Oh, adorable Niño! Nosotros también, los que hemos hecho esta novena para prepararnos para el día de tu Navidad, queremos ofrecerte nuestra pobre adoración: ¡No la rechaces! Ven a nuestras almas, ven a nuestros corazones llenos de amor".
Resalta de manera especial la figura de San José, custodio del Niño Jesús y esposo de la Virgen María. Su oración lo presenta como un ejemplo de fortaleza, obediencia y amor silencioso, virtudes que la Iglesia Católica propone como guía para las familias.
"¡Oh, Santísimo José, ¡esposo de María y padre putativo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza
Te ruego por el amor que le tuviste al Divino Niño, me abraces en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén".
Por su parte, la Virgen María es invocada como modelo supremo de humildad y entrega total a la voluntad divina. “Que tú misma prepares y dispongas mi alma para el nacimiento espiritual de tu adorado hijo”, expresa la oración mariana, una de las más sentidas por los devotos.
"Soberana María, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya, te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo hagan esta novena, para el nacimiento espiritual de tu adorado hijo.
¡Oh dulcísima madre!, comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardaste tú, para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén".
Publicidad
Uno de los momentos más esperados es el canto de los Gozos de la Novena de Aguinaldos, estrofas que combinan súplica y alegría, especialmente entre los más pequeños. El repetido estribillo —“¡Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto!".
¡Oh, ¡Sapiencia suma del Dios
soberano, que a infantil alcance te
rebajas sacro! ¡Oh, ¡Divino Niño, ven
para enseñarnos la prudencia que
hace verdaderos sabios!
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!
Publicidad
¡Oh, Adonai potente que Moisés
hablando, de Israel al pueblo diste
los mandatos! ¡Ah, ven prontamente
para rescatarnos, y que un niño
débil muestre fuerte el brazo!
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!
¡Oh, raíz sagrada de José que en lo
alto presenta al orbe tu fragante
nardo! Dulcísimo Niño que has sido
llamado Lirio de los valles, Bella
flor del campo.
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!
¡Llave de David que abre al
desterrado las cerradas puertas
de regio palacio! ¡Sácanos. ¡Oh
Niño con tu blanca mano, de la
cárcel triste que labró el pecado!
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!
Publicidad
¡Oh, lumbre de Oriente, sol de
eternos rayos, que entre las
tinieblas tu esplendor veamos!
Niño tan precioso, dicha del
cristiano, luzca la sonrisa de tus
dulces labios.
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!
¡Espejo sin mancha, santo de los
santos, sin igual imagen del Dios
soberano! ¡Borra nuestras culpas,
salva al desterrado y en forma de
niño, da al mísero amparo.
Publicidad
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!
¡Rey de las naciones, Emmanuel
preclaro, De Israel anhelo Pastor
del rebaño! ¡Niño que apacientas
con suave cayado ya la oveja arisca,
ya el cordero manso!
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!
¡Ábranse los cielos y llueva de lo
alto bienhechor rocío como riego
santo! ¡Ven hermoso Niño, ven Dios
humanado! ¡Luce, Dios estrella!
¡Brota, flor del campo!
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!
¡Ven, que ya María previene sus
brazos, do sus niños vean, en
tiempo cercanos! ¡Ven, que ya José,
con anhelo sacro, se dispone a
hacerse de tu amor sagrario!
Publicidad
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!
¡Del débil auxilio, del doliente
amparo, consuelo del triste, luz
del desterrado! ¡Vida de mi vida,
mi dueño adorado, mi constante
amigo, mi divino hermano!
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!
Publicidad
¡Ven ante mis ojos, de ti
enamorados! ¡Bese ya tus plantas!
¡Bese ya tus manos! ¡Prosternado
en tierra, te tiendo los brazos, y
aún más que mis frases, te dice mi
llanto!
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!
¡Ven Salvador nuestro por quien
suspiramos.
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!
La jornada concluye con la emotiva Oración al Niño Jesús, inspirada en las revelaciones a Santa Margarita del Santísimo Sacramento, que recuerda la promesa: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia”. Con esta plegaria, los fieles depositan sus anhelos y preocupaciones en manos del Niño Dios, reafirmando su confianza en la promesa divina.
"Acuérdate, ¡Oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: 'Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y nada te será negado.
Llenos de confianza en ti, ¡Oh Jesús, que eres la misma verdad!, venimos a exponerte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada.
Publicidad
Concédenos, por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, la gracia, de la cual necesitamos tanto.
Nos entregamos a ti, ¡Oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén".