En su mensaje dominical, monseñor Rafael de Brigard invitó a los creyentes a contemplar con serenidad el misterio de la vida y de la muerte, recordando que el verdadero destino del ser humano es “el encuentro definitivo con Dios”.
En el marco de la celebración de los Fieles Difuntos, el prelado exhortó a vivir este día con gratitud, reconociendo la vida de quienes ya partieron y agradeciendo su huella en nuestras almas. “La fe cristiana no nos enseña a lamentarnos, sino a agradecer”, afirmó. Citando el Salmo 42 —“Como anhela la sierva estar junto al arroyo, así mi alma desea, Señor, estar contigo”— recordó que el alma creyente vive con un profundo anhelo de Dios, tanto en la tierra como en la eternidad.
Basándose en el Evangelio de Mateo 25, monseñor de Brigard explicó que la salvación no se alcanza por ritos o temores, sino por el amor y el servicio al prójimo. “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber”, citó, señalando que el camino hacia la vida eterna se construye aquí y ahora, en la compasión concreta hacia los necesitados. “El amor nos hace salir de nosotros mismos”, dijo, subrayando que servir, visitar, acompañar y consolar son las verdaderas obras de misericordia que preparan el alma para la gloria de Dios.
Escuche la reflexión completa aquí: