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"Sin paz interior, creeremos que el otro es siempre un enemigo": Alberto Linero

Necesitamos vivir procesos claros de perdón, que no significa impunidad, ni ocultamiento de la verdad, ni afirmación de la injusticia.

360370_Alberto Linero / Foto: padre Linero
Alberto Linero / Foto: padre Linero

Gandhi insistía en que si aplicamos el “ojo por ojo”, el mundo quedaría ciego, por eso rechazaba todo tipo de violencia, decía: “Me opongo a la violencia porque cuando parece causar el bien, este solo es temporal. El mal que causa es permanente”.

Entiendo que en un ambiente bélico como en el que nos hemos criado, con un país que ha hecho de la violencia una forma de explicarlo, este tipo de afirmaciones suenen ingenuas y puedan ser hasta motivo de burlas.

Comprendo que, desde las trincheras organizadas en cada bando, se pida más violencia y se confunda la justicia con la venganza, y se practique la estrecha y pobre lógica del “estás conmigo o estás contra mí”.

Necesitamos vivir procesos claros de perdón, que no significa impunidad, ni ocultamiento de la verdad, ni afirmación de la injusticia. Perdón que significa entender el daño que hemos hecho, el que nos han causado y vivir en un proceso de recuperar la paz interior que nos permita palabras, actitudes y acciones para relacionarnos a pesar de las diferencias.

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Sin paz interior creeremos que el otro es siempre un enemigo al que hay que vencer o eliminar. Sin paz interior la violencia se presenta como la única posibilidad de solucionar nuestros conflictos.

Necesitamos entender las causas de lo que estamos viviendo, comprendernos como seres insanos interiormente que requieren enderezar el corazón desde valores sublimes, pedir y dar perdón como el primer paso de un proceso de verdadera reconciliación. Por eso, celebro el acto de perdón de ayer en la plaza de Bolívar propuesto por la alcaldesa de Bogotá.

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No hago lecturas políticas de ese acontecimiento, me quiero centrar en el poder simbólico que tiene el que seamos capaces de reconocer los errores, arrepentirnos por hacerle daño al otro, asumir las consecuencias de la justicia y esforzarnos por no repetir esa acciones.

No olvidemos que la venganza es un intento siempre fallido de equilibrar la balanza de las relaciones interpersonales, siempre queda dolor y tristeza, no soluciona nada.

Les propongo que hagamos una pausa, reflexionemos en torno a nuestra manera de vivir por estos días y desde la serenidad, el equilibrio, la búsqueda de la justicia, el trabajo por la equidad, el respeto del otro y la solidaridad, intentemos vencer el mal a fuerza de bien.

Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU:

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