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En la pista de deporte extremo del barrio San Martín de Bucaramanga, Óscar Piñeres les enseña a los niños del barrio un camino diferente al de la violencia.
Justo donde se construía el único escenario para la práctica del “skate”, en el barrio San Martín de Bucaramanga, por robarle un celular delincuentes asesinaron a uno de los amigos de Óscar Luceyo Piñeres.
Desde ese día, se dedicó a buscar a los niños de este sector, considerado uno de los más vulnerables de la ciudad, para enseñarles una forma más sana de diversión donde aprenden a convivir con respeto y alegría.
Convenció a un grupo de amigos para que donaran tablas de “skateboarding” con el fin de que los chicos encontrarán en este deporte, un camino diferente al de la violencia en el sector.
Sus clases son totalmente gratuitas y actualmente su escuela cuenta con más de cincuenta niños, entre los ocho y diecisiete años.
Su sueño es convencer a estos chicos que, con esfuerzo, dedicación y el cuidado de su cuerpo, podrían ir a unos juegos mundiales, ya que a partir del año 2020 el “skateboarding” será una disciplina olímpica.
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