En entrevista con Mañanas Blu, Daniel Bilbao, CEO de Truora y uno de los impulsores de la comunidad educativa latinoamericana LAP 10, dejó una frase que bien resume el panorama actual de la inteligencia artificial (IA) en Colombia: “Si vamos a tenerle miedo, yo le tendría más miedo a ser una persona de 45 años que no está aprendiendo a usar inteligencia artificial, que a un joven de 22”.
Bilbao, quien lleva años promoviendo el uso práctico de la IA en Latinoamérica, explicó que en el país aún no se está reemplazando a trabajadores por IA como ocurre en algunos sectores de Estados Unidos. Sin embargo, advirtió que el rezago tecnológico es evidente, y que no es la tecnología el enemigo, sino el desconocimiento y el miedo a innovar.
Empresas colombianas y la lentitud en adoptar inteligencia artificial
Según Bilbao, la mayoría de las compañías en Colombia no están usando la IA de forma significativa. “Muy pocas están haciendo la tarea. Nos estamos quedando atrás, como casi siempre en América Latina, y eso nos está saliendo caro”, explicó.
A pesar de los ejemplos positivos como Seguros Bolívar y ConFama —que han empezado a implementar estrategias desde sus directivos hacia abajo—, el ritmo de adopción en general es lento. Bilbao señaló que muchas empresas siguen atrapadas en los problemas operativos del día a día y no priorizan la innovación, lo que las hace menos competitivas.
IA práctica: cómo la tecnología puede multiplicar resultados
Bilbao compartió ejemplos concretos del impacto positivo que puede tener la inteligencia artificial. En marketing, por ejemplo, una sola persona puede crear campañas completas gracias a herramientas de IA. En producción musical, equipos de tres personas ahora logran lo que antes requería cincuenta.
El llamado del experto es claro: “Hay que meterse, probar, hacer un cursito de hora y media y se les va a explotar la cabeza. No hay que ser ingeniero para entender cómo funciona”.
Desde LAP 10, Bilbao y su equipo ofrecen espacios educativos gratuitos para que más colombianos aprendan a usar estas herramientas, incluso sin conocimientos técnicos. El mensaje final es optimista: la IA no reemplazará al que aprenda a usarla, sino que lo potenciará. Y en esa carrera, los jóvenes no están en desventaja: están en la mejor posición para liderar el cambio.