La creciente demanda global de oro, impulsada por la expansión tecnológica y el uso intensivo del metal en dispositivos electrónicos, ha llevado a científicos de la Universidad de Flinders, en Australia, a replantear los métodos tradicionales de extracción. Un equipo liderado por el profesor Justin Chalker ha desarrollado una innovadora técnica que promete transformar el proceso de recuperación del oro, haciéndolo más seguro, económico y respetuoso con el medio ambiente.
Uno de los aspectos más destacados del estudio es la sustitución de reactivos tóxicos como el cianuro —común en la minería industrial, y el mercurio, frecuentemente usado en la minería artesanal y a pequeña escala— por un agente de lixiviación más benigno. Este nuevo compuesto, derivado del ácido tricloroisocianúrico (ATCC), permite disolver el oro al combinarse con agua salada, eliminando así el riesgo ambiental y humano asociado a los métodos convencionales.
"Nuestro objetivo no es solo reemplazar los productos químicos tóxicos, sino también desarrollar un sistema que sea económicamente viable y ecológicamente responsable", explicó Chalker, director del Laboratorio Chalker. Según el investigador, el método también es reciclable, lo que reduce aún más su huella ambiental.
Además del innovador agente de lixiviación, el equipo diseñó un material llamado sorbente de oro, capaz de capturar nuevamente el metal precioso una vez disuelto. Este sorbente se fabrica utilizando un proceso fotoquímico impulsado por luz ultravioleta, lo que lo convierte en un producto sustentable desde su origen. Thomas Nicholls, coautor del estudio, destacó que el polímero empleado en este proceso también puede ser reutilizado, lo que incrementa aún más la sostenibilidad del método.
La doctora Lynn Lisboa, especialista en química inorgánica y coautora principal, subrayó la urgencia de desarrollar métodos alternativos: "Con la creciente presión sobre los recursos naturales, necesitamos soluciones tecnológicas que no comprometan la salud humana ni el ecosistema". Lisboa también apuntó que los métodos actuales de extracción de oro contribuyen a la deforestación y las emisiones de gases de efecto invernadero, dos problemas que esta nueva técnica busca evitar.
El equipo ya se prepara para la siguiente fase de su investigación, que consistirá en implementar esta tecnología a mayor escala en colaboración con industrias mineras y de reciclaje de desechos electrónicos. De tener éxito, esta técnica podría marcar un antes y un después en la forma en que el mundo extrae y recicla uno de sus metales más valiosos.