Más allá de Monserrate: las alternativas turísticas que tiene el centro de Bogotá
El corazón de Bogotá alberga pasajes históricos que han sido ingeniosamente revitalizados, transformándose en vibrantes focos de arte, cultura y comercio local.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Cuando el turismo en Bogotá entra en conversación, la mente de muchos viajeros se dirige instantáneamente a íconos como el majestuoso Monserrate, la riqueza precolombina del Museo del Oro o la imponente Plaza de Bolívar. Sin embargo, la capital colombiana, y específicamente su corazón histórico, La Candelaria, resguarda un universo de rincones insospechados y experiencias que trascienden lo convencional, revelando una narrativa más profunda y auténtica que no siempre se encuentra en las guías turísticas tradicionales. Para aquellos que anhelan qué hacer en Bogotá fuera de los recorridos habituales, este sector ofrece opciones sorprendentes que prometen una inmersión genuina en el lado más alternativo y enigmático de la ciudad. Explorar La Candelaria es adentrarse en un tejido de historia viva, naturaleza oculta, cultura vibrante y relatos ancestrales.
Contrario a la imagen de una urbe bulliciosa, La Candelaria, enclavada a los pies de los imponentes cerros orientales, esconde verdaderas joyas para los amantes del hiking en Bogotá y la naturaleza. Estos senderos, accesibles desde el centro, tienen la peculiar capacidad de transportar al visitante lejos del trajín urbano, sumergiéndolo en paisajes de una biodiversidad sorprendente.
Uno de los caminos más emblemáticos es el sendero San Francisco - Vicachá. Este sendero milenario traza el curso del histórico río San Francisco, que antaño fue vital para la vida de la ciudad. Su punto de partida se ubica en la Avenida Circunvalar con calle 19, desde donde asciende suavemente hacia los Cerros Orientales, ofreciendo a cada paso vistas espectaculares y cambiantes de la capital colombiana. Su importancia no es solo natural; este sendero fue una ruta comercial vital utilizada tanto por los ancestrales Muiscas como, posteriormente, por los colonizadores españoles. Por ello, representa una excelente opción para quienes buscan planes en Bogotá que amalgamen la serenidad de la naturaleza con la profundidad de la historia.
Otra alternativa desafiante pero gratificante es el sendero Guadalupe – Aguanoso. Ubicado en el cerro de Guadalupe, este sendero se inicia al costado norte de la entrada principal, donde un paso peatonal señalizado guía a los excursionistas a través de un recorrido que permite apreciar la rica fauna y flora que habita en los cerros bogotanos. A pesar de ser un recorrido que demanda cierto esfuerzo físico, la recompensa es inmensa: una vista panorámica de la ciudad que quita el aliento desde el Cerro Aguanoso, ideal para fotógrafos y para aquellos que desean contemplar la magnitud de Bogotá desde las alturas.
Es fundamental recordar que, para garantizar la conservación y el orden de estos ecosistemas, la visita a estos senderos de los Cerros Orientales requiere un registro previo en la página web de Camino de los Cerros Orientales, administrada por el acueducto de Bogotá, institución encargada de su protección.
Más allá de las convencionales y vastas bibliotecas públicas, La Candelaria se distingue por albergar una colección de librerías con un encanto particular, verdaderos refugios para el alma lectora. Estos espacios, a menudo escondidos en casonas coloniales o republicanas, ofrecen una experiencia que va más allá de la simple compra de un libro.
Un paraíso ineludible para cualquier amante de los libros es la Librería Merlín, estratégicamente situada en la carrera 8 con calle 15. Sus estanterías, atestadas de ejemplares antiguos, ediciones raras y libros de segunda mano cuidadosamente seleccionados, invitan a perderse entre sus pasillos, descubriendo tesoros literarios que narran historias propias y ajenas. La atmósfera es de descubrimiento constante, ideal para quienes buscan esa joya bibliográfica que parece haber esperado solo por ellos.
En la calle 16 con carrera 8, los visitantes se toparán con la Librería Torre de Babel, una singular casa republicana de cuatro pisos dedicada enteramente al universo de los libros y sus relatos. Con una trayectoria de tres décadas, esta librería se ha consolidado como un referente para la compra y venta de libros usados, otorgándoles una segunda vida y la oportunidad de encontrar a su lector ideal. Recorrer sus salas es sumergirse en un mar de posibilidades, donde cada libro aguarda con una historia única y diferente por contar.
Finalmente, la Casa de Poesía Silva, ubicada en la calle 12c con carrera 3, es un espacio cargado de significado histórico y cultural. Esta fue la morada del célebre escritor y poeta bogotano José Asunción Silva, figura cumbre de la literatura colombiana, autor de obras tan icónicas como "Nocturno" y "De Sobremesa". Hoy en día, la casa ha sido transformada en un dinámico centro cultural que ofrece una variada programación, incluyendo visitas guiadas que permiten conocer la vida y obra del poeta, talleres literarios, una librería especializada y una biblioteca dedicada exclusivamente a la poesía universal. Es un punto de encuentro fundamental para la cultura en Bogotá y para los admiradores de la lírica.
El corazón de Bogotá alberga pasajes históricos que han sido ingeniosamente revitalizados, transformándose en vibrantes focos de arte, cultura y comercio local. Estos pasajes son testimonios vivos de la arquitectura y el espíritu emprendedor de la ciudad, ofreciendo una perspectiva única del centro de Bogotá.
Publicidad
Entre los secretos mejor guardados se encuentra el Pasaje Hernández, un corredor de arquitectura republicana enclavado entre la carrera 8 y la carrera 9 con calle 12. Este pasaje evoca un aire bohemio y alternativo, albergando una diversidad de establecimientos que van desde tiendas de vinilos para coleccionistas, hasta galerías de arte con propuestas innovadoras y cafés acogedores ideales para una pausa. Es, sin duda, un sitio predilecto para quienes buscan un turismo en Bogotá que se aleje de lo trillado y explore el lado más auténtico de la capital.
Otro emblema de la tradición artesanal bogotana es el Pasaje Rivas, fundado a finales del siglo XIX y reconocido como el mercado artesanal más antiguo de la ciudad. Aquí, los visitantes pueden encontrar una profusión de artesanías colombianas auténticas, desde las coloridas mochilas wayuu, tejidas a mano por comunidades indígenas, hasta los icónicos sombreros vueltiaos, símbolos de la identidad costeña. El Pasaje Rivas es una parada obligatoria para quienes desean llevarse consigo un pedazo genuino de la rica herencia cultural de Colombia.
Finalmente, los Pasajes Mercedes – Gómez representan otro ejemplo de la fusión entre historia y comercio. Unidos en su interior, estos dos pasajes comenzaron su construcción en 1936 y hoy son un referente tanto para la arquitectura de la ciudad como para realizar diversas compras. Son un reflejo de la evolución urbana y comercial del centro histórico, ofreciendo una ventana al pasado mientras se mantienen activos en el presente.