Personas que han asumido su identidad cultural, que tienen claras sus raíces y qué características poseen en su medio, y desde ellas, se esfuerzan por potenciarlas.
No podemos pretender vivir en paz si no somos capaces de permitir que los niños, niñas y jóvenes puedan acceder a un proceso de enseñanza-aprendizaje de calidad y que responda a los desafíos que viven particularmente.
Espero que las encuestas estén mostrando que se está transformando el concepto de amistad y que solo se considera como tales a unos pocos y no a toda la multitud que se puede conocer en redes sociales.
Tengo muy claro que los tiempos cambian, que las dinámicas sociales son distintas y que en esta época se prefiere la individualización, el anonimato y la distancia, tal vez por ese afán de andar buscando comodidad y seguridad.
Puede ser una buena oportunidad para que nosotros, sin importar nuestra actitud ante lo religioso, reflexionemos en torno a lo que significa ser solidarios y auxiliadores de aquellos con quienes compartimos la vida.