El paro de los tenderos: columna de Óscar Montes

Unos cinco mil tenderos de Barranquilla cerrarán mañana sus negocios en protesta por los efectos que ha tenido la aplicación del nuevo Código de Policía, especialmente en lo que tiene que ver con el "cierre en el acto" de sus establecimientos por parte de agentes de Policía.

Argumentan los tenderos que no es justo que los uniformados procedan con el cierre inmediato del local por la falta de uno o varios documentos, entre ellos los certificados del pago del impuesto a Sayco-Acinpro. "Lo que solicitamos es que nos den un tiempo prudente para tramitarlos. Pero el cierre inmediato de la tienda nos parece injusto y arbitrario", sostienen los voceros del gremio.

Un cierre de un local significa para cada tendero de la ciudad, en promedio, dejar de vender algo más de dos millones de pesos diarios.

La aplicación del nuevo Código de Policía a partir de Agosto ha tenido varios efectos en Barranquilla, algunos más traumáticos que otros. Uno de ellos tiene que ver con la prohibición de la venta de cervezas en las terrazas de las tiendas, pues la nueva norma establece que éstas hacen parte del espacio público y por consiguiente en ellas no se puede consumir bebidas embriagantes.

Desde que entró en vigencia el nuevo Código de Policía causó polémica la prohibición de la venta de cervezas en las terrazas de las tiendas barranquilleras, pues para muchas personas esa medida atenta contra una costumbre muy arraigada en la ciudad: la tertulia de la tienda, que no es otra cosa que la reunión de los amigos del barrio para "hablar de los temas de la ciudad, arreglar el país y despacharse contra el Junior de sus amores".

Toda tertulia barranquillera está acompañada de unas buenas partidas de dominó y una que otra cerveza fría. El ánimo de la tertulia es el encuentro de los amigos del barrio, no es pegarse una borrachera.

Pero, además, la altísima temperatura de la ciudad obliga al consumo de unas cuantas "frías". ¿Quién se le mide a caminar tres o cuatro cuadras a 40 grados centígrados por la sombrita y sin tomarse una fría en la tienda del cachaco de la esquina?

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Cuando la Policía Nacional estaba socializando el nuevo Código, los tenderos advirtieron sobre las consecuencias de esta medida. Pero no fueron escuchados. 

Además, la Alcaldía tampoco procedió con diligencia y prontitud, pues es la Administración Distrital la que debe expedir el decreto que establezca con claridad todo lo que tiene que ver con el uso y límites de las terrazas en las tiendas, asunto que sigue sin resolverse.

Así las cosas, se hace necesario que la Administración Distrital y la Policía Nacional, especialmente en Bogotá, escuchen a los tenderos y tomen atenta nota de sus peticiones. Las normas no pueden ser camisas de fuerza carentes de cierta flexibilidad.

A manera de ejemplo habría que decir que una cosa es tomarse unas cervezas en una tienda de Bogotá o de Tunja para emborracharse y otra muy distinta tomarse "un par de frías" en una tienda de Barranquilla para bajarle la temperatura al "mono", que pega muy fuerte a eso de las 2 de la tarde.

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