"Sustitución de cultivos", editorial de Ana Cristina Restrepo

Este es el Editorial de Ana Cristina: "Ayer, en el corregimiento de Pueblo Nuevo, a dos horas del casco urbano del municipio de Briceño, Norte de Antioquia, se inició la socialización del plan piloto de sustitución de cultivos ilícitos, de manera conjunta entre el Gobierno, las Farc y la comunidad. José Danilo Agudelo, alcalde de Briceño, dijo que los negociadores en La Habana acordaron que durante los próximos tres meses se realizará la sustitución de cultivos en 11 de las 28 veredas que tienen sembrados de coca. Esta sustitución voluntaria de cultivos ilícitos también tendrá lugar en el Orejón, la vereda donde un año atrás comenzó el plan piloto de desminado humanitario. Las vías de acceso a la zona y la economía local basada en los cultivos ilícitos, son los dos principales obstáculos para lograr una sustitución exitosa en Briceño. El proceso arranca con una presión imperiosa: el tiempo. Si la sustitución de cultivos de coca se demora en dar frutos, se verían afectadas las familias que se acogieron voluntariamente al programa así como el grueso de la economía local. La noticia de la sustitución de cultivos en Briceño se produce un par de días después de que la Oficina para el Control de Drogas de las Naciones Unidas en Colombia presentara su informe anual sobre drogas ilícitas. Según el reporte de esa instancia de la ONU, el cultivo de hoja de coca en Colombia aumentó. En el año 2012 había 47.790 hectáreas cultivadas. En 2015, pasaron a 96.084 hectáreas. Los cultivos se han concentrado en ciertos departamentos, como Nariño, Putumayo y Norte de Santander. El representante de la oficina de la ONU en Colombia, Bo Mathiasen, destacó que 35,5% del territorio nacional ha permanecido tres años sin la aparición de nuevos cocales, entre las zonas limpias se cuentan los departamentos de La Guajira y Cundinamarca. La sustitución de cultivos ilícitos en veredas colombianas debe ser un proceso inmediato en su implementación y acelerado en su aplicación, en especial en veredas que dependen de esa economía ilícita.Los platos de los cultivadores y sus familias no pueden permanecer vacíos mientras dichas alternativas comienzan a funcionar… Las decisiones certeras y acciones prontas que demanda la sustitución de cultivos, constituyen una prueba de fuego para que el Gobierno colombiano demuestre su capacidad para reconstruir la Colombia rural".