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El rostro de Roxana Baeza se desencaja al recordar cómo perdió el pasado 16 de abril el supermercado que abrió en Santodomingo, Ecuador, cuando un terremoto de 7.8 grados en la escala de Ritcher sacudió el suelo de este país.
Ella asegura que en menos de diez días contactó a la Cancillería y que el 28 de abril ya estaba de regreso a su ciudad natal, Barranquilla. "Cuando nos recibió el presidente Santos, nos dijo que nos ayudarían, pero no he recibido nada", comenta la mujer.
Baeza dice que lo primero que requería era carné de Sisbén, pues es insulinodependiente, pero que la única respuesta que recibe es que debe tener "paciencia".
"Yo soy diabética insulinodependiente, mi mamá es hipertensa, diabética con artrosis de rodilla y columna, pero en estos momentos estamos sin ningún tipo de salud o de EPS", indica Roxana.
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Agregó que tiene un hijo de 14 años quien no ha podido acceder a la oferta educativa de la ciudad porque le dieron un cupo en un plantel que queda lejos del sitio en el que está viviendo. "Yo pedí que se lo dieran en un colegio cercano", comenta la mujer.
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Ella pide que el Gobierno atienda de manera prioritaria su caso, y que le ayuden incluso con un trabajo, a través de la Agencia Nacional del Empleo, tal y como se lo prometio el presidente Santos y la Cancillería tras su forzoso retorno.
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