La Selección de Venezuela no es pan comido: editorial Ley del Montes
Editorial de Óscar Montes en Vive Barranquilla.
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Cuando los colombianos tengamos que hacer la lista de nuestros mayores pecados tendríamos que incluir en los primeros lugares el triunfalismo, que no es otra cosa que creer que podemos obtener triunfos sin hacer ningún esfuerzo.
En el caso del fútbol –por ejemplo- pensamos que la sola camiseta es suficiente para ganar los partidos y así lo pregonamos a los cuatro vientos. Hasta los expertos en la materia –lo digo porque los he oído- incurren en el tremendo error de pretender ganar los partidos sin haberlos jugado.
En el caso del partido de mañana contra Venezuela, hay quienes sostienen que Colombia tiene la obligación de derrotar al equipo que dirige Rafael Dudamel. “Si no le ganamos a Venezuela es un rotundo fracaso”, vociferan algunos expertos en la materia.
Pero resulta que las cosas no son tan fáciles, ni en el fútbol ni en la vida. Si todo fuera así de simple, entonces sobrarían los partidos de fútbol y los campeonatos mundiales y las eliminatorias. Dice una máxima del fútbol que los partidos hay que jugarlos y que en el campo de juego son once jugadores contra once jugadores.
Si las selecciones de fútbol ganaran los partidos con la simple camiseta, entonces Argentina nos hubiera goleado en el estadio Monumental de Buenos Aires, cuando Colombia la derrotó cinco a cero. Ese día Argentina tenía la obligación de ganarle a Colombia. Pero no fue así. Colombia le propinó aquella tarde la peor derrota de toda su historia. El fútbol también es impredecible, aunque no lo parezca.
Mañana Colombia salta a la cancha del Metropolitano Roberto Meléndez como favorita para derrotar a la selección de Venezuela, que ocupa el último lugar de la tabla de clasificación. Además, jugamos de local y el equipo ha mostrado un mejor nivel en sus últimas presentaciones.
Pero ello no significa que ya el partido se ganó. Hay que jugarlo y ganarlo en la cancha con una mejor disposición táctica y mediante una buena estrategia. A los venezolanos –además- les gusta amargarnos los partidos y más de una vez nos hemos llevado una sorpresa.
De manera que mañana todos a respaldar a la Selección Colombia con optimismo, pero sin triunfalismos. La alegría desbordante y contagiosa del pueblo barranquillero debe alentar en todo momento a nuestra Selección y los jugadores deben sentir nuestro apoyo incondicional. Hagamos del partido una gran fiesta y ojalá que –al final- podamos celebrar el triunfo de nuestra Selección.