Paros, paros, y más paros: Editorial Óscar Montes
El panelista Óscar Montes hablo sobre los diferentes paros que se adelantan en el país actualmente.
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El paro cívico de Buenaventura está próximo a cumplir 30 días y ha dejado pérdidas por más de 200 mil millones de pesos. El de los maestros afiliados a Fecode tiene por fuera de las aulas de clases a más de 8 millones de estudiantes.
El los empleados del Ministerio de Trabajo también lleva varias semanas y nada que Gobierno y huelguistas llegan a un acuerdo. Igual pasa con los empleados del Inpec, encargados de vigilar las cárceles nacionales. Todos los días hay anuncios de nuevas marchas y manifestaciones por parte de distintos gremios o sectores sociales del país.
El único paro conjurado ha sido el del Chocó, pero terminó generando un delicado malestar en Antioquia, pues sus gobernantes y habitantes consideran que el arreglo se hizo en detrimento de los intereses de ese Departamento, que reclama jurisdicción sobre Belén de Bajirá, población motivo de litigio con el Chocó.
De todos los paros cívicos qué hay en la actualidad el que más llama la atención es el de Buenaventura, cuyos habitantes, cansados del olvido estatal, decidieron rebelarse contra el Gobierno Nacional. La parálisis está a punto de cumplir un mes y las pérdidas para el más importante puerto sobre el Pacífico y para el país son multimillonarias.
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A Buenaventura la está matando el olvido y la corrupción. El olvido del Estado y la corrupción de su clase dirigente, encabezada por políticos oportunistas que han puesto en la Alcaldía y en las distintas dependencias a funcionarios que se han feriado y robado los recursos destinados para la población más vulnerable.
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Buenaventura requiere con urgencia inversiones por más de 2 billones de pesos para poder contar con un acueducto que preste servicios las 24 horas del día, para mejorar sus vías de acceso, generar mucho más empleos formales y para construir colegios y hospitales.
En fin, el puerto más importante sobre el Pacífico necesita superar la precariedad y pobreza extrema de buena parte de sus habitantes.
Los maestros de Fecode y los empleados del Ministerio de Trabajo también requieren con urgencia mejoras en sus ingresos y salarios. Los acuerdos pactados con el Gobierno, que permitieron levantar paros anteriore, no se han cumplido.
Las promesas oficiales solo sirvieron para levantar las huelgas, pero el Gobierno falló la hora de cumplirlas. Hoy la inconformidad y la desconfianza son mayores.
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De manera qué pasa el tiempo y los paros no se levantan. Cada día de parálisis significa menos ingresos para el país y más traumatismos para la comunidad, que es la que termina pagando los platos rotos de la inconformidad de sectores fundamentales para el país.
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En el caso de la Educación , por ejemplo, son 8 millones de alumnos perjudicados por el paro de maestros afiliados a Fecode.
Ya es es demasiado tiempo de parálisis y es bueno que Gobierno y las partes encuentren salidas a la grave situación que se vive por cuenta de las huelgas y los paros en frentes económicos y sociales muy importante para el país.