¡S.O.S. por La Guajira!: editorial de Óscar Montes
Editorial del panelista Óscar Montes en Vive Barranquillla.
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Con una abstención superior al 60%, los habitantes de La Guajira eligieron el pasado domingo al ingeniero Wilmer Gonzalez como nuevo gobernador en reemplazo de Oneida Pinto, quien fuera destituida por el Consejo de Estado. Varios son los hechos que llaman la atención en la escogencia del ex parlamentario de la U como nuevo Gobernador de la península.
Uno de ellos es la escasa participación de los votantes, precisamente en momentos en que está en juego la suerte del departamento. Que apenas el 30% de los guajiros haya elegido a Gonzalez no solo compromete su gobernabilidad, sino que envió un mensaje de indiferencia con la suerte de La Guajira, el departamento con los peores indicadores de desarrollo social del país.
En efecto, según el DANE el 55.8% de sus habitantes viven en la pobreza, el indice de desempleo es del 46.86% y la deserción escolar es la más alta del país con un 78%. Pero ademas, La Guajira es el único departamento de Colombia con un analfabetismo superior al 50% en población mayor de 15 años, según el DANE. Pero hay más: entre 2014 y 2016 han muerto en el departamento 154 menores por desnutrición, según el Instituto Nacional de Salud, el 11.7% de los habitantes padece de desnutrición crónica y el 25.7% vive en la pobreza extrema.
Pero quizás el dato mas llamativo que tiene que ver con La Guajira es el hecho de que seis de sus últimos gobernadores han sido destituidos o pesa sobre ellos sanciones de la Procuraduría General por hechos relacionados por actos de corrupción. Se trata de Alvaro Puello Blanchar, Hernando De Luque, Jose Luis Gonzalez, Jose Eduardo Perez, Kiko Gomez y Oneida Pinto. Sin duda alguna, esta cifra esta directamente relacionada con los paupérrimos indicadores sociales del departamento.
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Triste reconocerlo pero con estos antecedentes y estos indicadores, La Guajira es hoy un departamento inviable que solo podrá superar su estado comatoso con la intervención directa del Gobierno Nacional y con el compromiso de toda la clase dirigente del departamento por transformar de manera radical una realidad monstruosa.
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Este es el cuadro desolador que deberá transformar Wilmer Gonzalez en tres años. No es momento de defender colores políticos, como torpemente salío a cobrar el triunfo un Senador de la República. Todo lo contrario, lo que La Guajira requiere con urgencia es la suma de todas las fuerzas políticas del país sin egoísmos y sin mezquindades para ver si aun es posible lograr el milagro de darle al departamento y su gente una segunda oportunidad sobre la tierra.