Concejal le pone ultimátum a los piques y promete mano dura: "Toca con garrote"
Los llamados piques ilegales se han convertido en un tormento nocturno que altera el descanso y pone en riesgo la seguridad vial de cientos de ciudadanos.
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Los vecinos del barrio La Macarena, en el centro de Bogotá, denuncian que cada semana su tranquilidad se rompe por el rugir de decenas de motocicletas. Según el concejal Jesús David Araque, del Nuevo Liberalismo, los llamados piques ilegales se han convertido en un tormento nocturno que altera el descanso y pone en riesgo la seguridad vial de cientos de ciudadanos.
Araque aseguró en entrevista con Blu Radio que, pese a los operativos realizados por la Alcaldía y la Secretaría de Movilidad, la situación persiste. “Las comunidades se sienten agobiadas, muchos ya presentan problemas de salud mental. Esta denuncia la venimos haciendo desde el año pasado”, afirmó el cabildante.
El concejal explicó que gran parte de estos encuentros no son simples carreras, sino concentraciones organizadas entre grupos de moteros que compiten en vías principales como la avenida Boyacá o la calle 3. “Se ha convertido en un juego entre los ciudadanos y las autoridades, casi como un reto frente a la Policía, probando hasta dónde pueden llegar”, dijo Araque.
Según la comunidad, más de 40 motos recorren a toda velocidad las calles durante las madrugadas de miércoles, sábados y domingos, interrumpiendo el descanso de los residentes. En respuesta, el Distrito reportó 840 operativos y más de 4.300 comparendos en lo corrido de 2025, además de 579 motocicletas inmovilizadas solo en el sector de La Macarena.
El concejal también hizo un llamado a su colega Fuchi, reconocido representante del gremio motero, para que promueva el respeto a las normas. “Así como defiende los derechos de los motociclistas, también debe exigir el cumplimiento de sus deberes”, señaló.
Pese a los controles y campañas de sensibilización, Araque reconoce que las acciones no han sido suficientes y pide medidas más fuertes. “Si no se puede con la zanahoria o con la sensibilización, pues para eso existe el garrote. El garrote es la inmovilización y las sanciones. No estamos violando la norma, la estamos implementando”, enfatizó.
El concejal insistió en que las autoridades deben coordinar esfuerzos interinstitucionales con la Policía, la Secretaría de Seguridad y la de Ambiente para frenar esta práctica. Mientras tanto, los habitantes de La Macarena siguen esperando que las madrugadas de ruido y peligro sean cosa del pasado.
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