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El acto de besar tiene una importancia cultural y emocional significativa. Es un gesto íntimo que transmite diversas emociones y puede ser una experiencia muy gratificante. Sin embargo, también hay consideraciones de seguridad que deben tenerse presentes a favor de la salud e higiene personal.
De acuerdo con un estudio de la revista científica Microbiome, a partir de un test realizado con un yogurt macrobiótico se demostró que una pareja comparte alrededor de 80 millones de bacterias tras un beso de 10 segundos, las cuales al pasar de una boca a otra pueden ser responsables del mal aliento, caries o de enfermedades de las encías.
La boca alberga una cantidad impresionante de bacterias, y el intercambio de saliva durante un beso puede conllevar ciertos riesgos, como la transmisión de enfermedades infecciosas (herpes, mononucleosis) o problemas dentales (caries, gingivitis).
A pesar de las bacterias, los besos pueden ser beneficiosos para el cuerpo, ayudan a reducir el estrés, mejorar el sistema inmunológico y liberar endorfinas. Por ello, es importante cuidar de la salud oral, en pro de la higiene propia y de la persona a la que se está besando.
Aunque no siempre, en ocasiones, las caries aparecen porque la higiene de la boca no es la adecuada. El contagio de caries es posible. De hecho, puede que se contagie si se comparten cubiertos, vasos, cepillos de dientes o al besarse. Además, se pueden contagiar en la propia boca del paciente, de un diente a otro.
Se debe tener en cuenta que en la boca conviven más de 600 clases de bacterias. No todos estos microorganismos son perjudiciales, pero algunos sí y pueden causar diferentes tipos de enfermedades bucodentales.
Además de la caries, la saliva puede contagiar un sinfín de enfermedades.
Sin olvidar que entre padres e hijos también se pueden transmitir, por ejemplo, al compartir comida.
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El contagio de caries se puede combatir con una buena higiene en la salud bucal y prevención. Acciones como el cepillado regular, uso de enjuagues sin alcohol y visitas regulares al dentista.
Tomar en cuenta estos hábitos no solo mejora la experiencia al besar, sino que también contribuye a una salud bucal duradera.
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