Colombia se enfrenta a uno de los desafíos fiscales más complejos de su historia reciente. El presupuesto del 2026, que alcanzará los 557 billones de pesos, se perfila como el más alto en términos nominales, aunque en relación con el tamaño de la economía se sitúa como el segundo más grande, apenas superado por el de 2024.
Para analizar este panorama, Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo, habló en Sala de Prensa para explicar los detalles y las implicaciones de estas decisiones.
Mejía explicó que la estrategia del Gobierno, similar a la implementada el año pasado, plantea un presupuesto elevado acompañado de una Ley de Financiamiento, esta vez mucho más ambiciosa, de 236 billones de pesos.
Según Mejía, “será difícil que el Congreso repita otra vez la estrategia de simplemente negar el monto del presupuesto y darle aval al Gobierno para que emita otra vez el presupuesto por decreto”.
El director de Fedesarrollo destacó que la comparación del presupuesto debe hacerse en términos relativos al Producto Interno Bruto (PIB) y no solo en cifras absolutas, pues la inflación ha elevado los montos.
Antes de la pandemia, el presupuesto representaba cerca del 24% del PIB; el del 2024 alcanzó casi el 30%, y el del 2026 llegará al 28%. Mejía subrayó que esto implica un déficit fiscal estimado de 7,5% del PIB, “el segundo más alto de la historia moderna del país”, reflejando la complicada situación fiscal que enfrenta Colombia.
Sobre la Ley de Financiamiento, el experto aclaró que su impacto no se limitará exclusivamente a los más ricos. “La reforma tiene diferentes componentes… especialmente independientes, asalariados, personas que ganan alrededor de 8 millones de pesos mensuales o más… también desde el punto de vista de los hogares de ingresos más bajos, podría venir especialmente por el tema del IVA”, indicó.
Asimismo, Mejía resaltó la importancia de ampliar la base gravable del IVA, “porque cualquier Gobierno, ya sea este o el próximo, inexorablemente va a tener que ampliar la base gradual del IVA”.
En caso de que la Ley de Financiamiento no sea aprobada, Mejía advirtió que se podrían repetir los problemas del año anterior, con un presupuesto decretado sin la financiación prevista, afectando la estabilidad de la inversión y aumentando la presión sobre el próximo gobierno para implementar ajustes fiscales.
Finalmente, el economista concluyó: “Indudablemente, hay una enorme preocupación frente a los inversionistas locales e internacionales… la primera tarea que tendrá que enfrentar el próximo Gobierno será un ajuste fiscal que involucrará una reforma tributaria y un recorte del gasto público”.
Colombia entra así en un período crucial, donde la combinación de un presupuesto récord y una reforma tributaria histórica pondrá a prueba tanto al Congreso como a la economía del país.