La discusión en torno a la ley de financiamiento, calificada por la oposición como una reforma tributaria, ha escalado a un punto crítico en el Congreso de Colombia, con graves acusaciones de manipulación procesal y advertencias sobre un posible decreto de emergencia económica.
Alerta roja por posible decreto de emergencia
El senador Mauricio Gómez Amín, integrante de la Comisión Tercera del Senado, prendió una "alerta roja" al país, asegurando que el gobierno y el presidente de la comisión de Cámara están jugando a quemar y dilatar el tiempo hasta el 16 de diciembre. Según Gómez Amín, la estrategia apunta a sacar un decreto de emergencia económica.
El senador enfatizó que el oficialismo sabe que no tiene los votos para aprobar la reforma en las comisiones económicas conjuntas, por lo que buscarían justificar el decreto argumentando que, por responsabilidad fiscal y por la economía del país, no tuvieron tiempo suficiente para aprobarla. De esta forma, el gobierno podría hacer lo que le "dé la gana" en materia fiscal.
Esta preocupación fue compartida por el senador Ciro Ramírez, quien insistió en que la reforma ya está hundida, citando una votación reciente de 11 contra tres, lo que hace "imposible que puedan voltear" la decisión. Ramírez denunció que estos movimientos buscan obtener recursos para "gastar en campaña" y empezar a redactar decretos de emergencia económica, imponiendo impuestos sin las necesarias causas constitucionales. Gómez Amín respaldó esta visión, acusando al oficialismo de buscar el "despilfarro y el derroche para hacer politiquería el próximo año". La oposición insiste en que su tarea es persistir e insistir para "blindarle el bolsillo a la gente".
Denuncias de manipulación
La oposición ha centrado sus críticas en la manera en que se está manejando el debate. El senador Gómez Amín, quien lleva 12 años en las comisiones económicas, denunció lo que considera una "desfachatez" por parte del presidente de las comisiones, señalando que ha visto cámaras que muestran al ministro secretamente dando órdenes y dirigiendo el debate. Gómez Amín lamentó que, a pesar de que el Congreso es una rama independiente, el ministro esté incidiendo permanentemente.
Aunque se reconoció que todos los gobiernos han tenido influencia en el Congreso, Gómez Amín sostuvo que no se había visto una manipulación "así," especialmente en la forma de votar, asegurando que, al haber una comisión con la decisión de archivar la reforma, esta debería considerarse hundida, y que el proceso está "viciada" por el manejo dado. El senador Ramírez complementó las denuncias, indicando que la presidencia de las comisiones económicas está forzando a los congresistas a retirarse para levantar el quórum y seguir dilatando.
Por su parte, la representante María del Mar Pizarro, del Pacto Histórico, defendió el proyecto, pero insistió en que debe denominarse "reforma de financiamiento" y no reforma tributaria, pues está atada a la ley de presupuesto y busca solventar dificultades estructurales de la economía. Pizarro aclaró que una ley de financiamiento puede o no contener impuestos, mientras que una reforma tributaria solo aborda ese tema.
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