La analista internacional Teresita Aya analizó en El Radar la primera fase del plan de paz impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump en el Medio Oriente. En conversación con Ricardo Ospina, explicó que el cese al fuego entre Israel y el grupo Hamás, aunque representa un avance humanitario importante, está lejos de significar la paz definitiva en la región.
Aya subrayó que este acuerdo, presentado como un logro histórico, apenas es el inicio de un proceso que podría reactivarse en cualquier momento si las negociaciones no prosperan. Su advertencia fue contundente: “Esto no es el fin del conflicto, aunque así lo diga Hamás”.
Intercambio de rehenes y límites de Israel
En esta primera fase, se acordó el retorno de alrededor de 20 rehenes israelíes a cambio de 2.000 prisioneros palestinos, aunque sin incluir a los considerados más peligrosos. Según Aya, este intercambio era inevitable, pues Israel mantiene como política prioritaria la defensa de sus ciudadanos, incluso si eso implica liberar a miembros de grupos hostiles.
La analista recordó que Israel ha realizado canjes similares en el pasado, algunos por miles de prisioneros. Sin embargo, destacó que esta vez el gobierno de Benjamín Netanyahu trazó una línea roja: no liberar a figuras claves responsables de los ataques del 7 de octubre de 2023.
Gaza, un territorio aún en disputa
Aya explicó que Israel accedió a retirar parte de sus tropas, reduciendo su control del 80 % al 40 % del territorio de Gaza, concentrándose en la zona fronteriza. Para Hamás, esto representa una victoria parcial; para Israel, una concesión calculada.
El gran reto, advirtió la experta, será la segunda fase de las conversaciones, centrada en el desarme de Hamás y la administración futura de Gaza, que podría quedar en manos de una coalición internacional.
Al cierre, Aya celebró el Premio Nobel de Paz otorgado a María Corina Machado, destacando su lucha por la libertad en Venezuela como “una luz necesaria en medio de tanto conflicto”.