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La historia se remonta al año 2015 cuando el abogado fue contratado por el futbolista Harrison Otálvaro para cobrar una deuda de 38 millones de pesos, de los cuales el 20 % serían para honorarios del abogado, sin embargo, el abogado solo entregó 10 millones de pesos al futbolista y luego perdió contacto con él.
La investigación de la Comisión de Disciplina Judicial reveló que el abogado había recibido 322 millones de pesos del Cúcuta Deportivo en varias cuotas, dinero que correspondía a varios poderdantes, incluyendo a Otálvaro, pero, el abogado solo entregó una pequeña parte del dinero al futbolista y se quedó con el resto.
La Comisión Nacional de Disciplina Judicial encontró que el abogado había vulnerado el deber de obrar con lealtad y honradez en sus relaciones profesionales y que la retención de dinero no era una conducta acorde con el proceder de los profesionales del derecho.
La sanción que le impuso la Comisión de Disciplina Judicial fue suspender al abogado por un término de 2 años y se le impuso una multa equivalente a diez salarios mínimos legales mensuales.
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