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En torno al reciente decomiso de un ocelote en la vía que de Neiva conduce a Rivera en el sector de Surabastos, un experto analiza el flagelo de tráfico de fauna en Colombia.
Se trata de un felino que era transportado dentro de una caja en la bodega de un vehículo de transporte público. En este momento se encuentra en proceso de cuarentena para luego ser ubicado en un área de mantenimiento, donde se valorará para su disposición final, que podría ser la liberación en su medio natural.
José Fernando González, director de Procat asegura que el tráfico de fauna se incrementa en época de Navidad y analizó las consecuencias de este fenómeno.
“Las probabilidades de éxito de regresar a un animal que es incautado a tan corta edad es bastante baja. El proceso de rehabitamiento es muy largo, el daño es enorme para su entorno”, señaló González.
Según el experto, estos animales incautados quedan en cautiverio y no son recibidos en los zoológicos y tampoco tendrán una utilidad en términos educativos. Su triste vida termina en unas jaulas”, añadió el director de Procat.
Asimismo, José Fernando González asegura que un animal silvestre en cautiverio es un riesgo para los seres humanos.
“Chiquitos pueden verse muy tiernos, pero al crecer puede ser un peligro y muchas veces son liberados inescrupulosamente”, agregó.
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El ocelote es el tercer felino más grande de Colombia después del jaguar y el puma.
Escuche la entrevista completa de BLU Verde en el siguiente audio
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