Miles de animales afectados por derrame en Lizama no han regresado a su hábitat
Construyen hábitats para animales afectados por derrame de crudo del pozo Lisama 158 hace un año.
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Un área de 600 hectáreas, en pleno Magdalena Medio, que es zona de reserva de la ONG Cabildo Verde, ubicada en el municipio de Sabana de Torres, ha sido el hábitat, en el último año, de 6.534 animales que se salvaron de morir contaminados por crudo tras la explosión en el pozo Lisama 158 que afectó las quebradas Lizama y Caño Muerto, al igual que la flora por los 24 kilómetros que recorrió la mancha de hidrocarburo.
El proceso de rescate no hubiese sido posible sin la intervención de la ONG Cabildo Verde que desde que se presentó la emergencia, hasta la fecha, trabaja para lograr el retorno de miles de aves, réptiles, anfibios y peces a la zona que resultó afectada.
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Un grupo conformado por 14 personas, dos biólogos, dos veterinarios, dos técnicos ambientales, un técnico veterinario y siete auxiliares de campo, trabaja en lo que denominaron proyecto Lizama que completa tres fases, la última en desarrollo.
Wolfgang Buitrago González, biólogo de la ONG Cabildo Verde, permanece en la base instalada en el corregimiento La Fortuna desde donde controlan y desarrollan las acciones del paso a paso de la atención a la fauna rescatada.
La primera fase consistió en la atención inmediata a la fauna impregnada de crudo, los que estaban en riesgo fueron atendidos en el centro de atención y valoración de La Lizama, los que no presentaban afectación considerable se ubicaron en la reserva natural de Cabildo Verde.
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“En total rescataron 6.622 animales de los cuales 6.534 fueron trasladados a la reserva porque las condiciones en Lizama no eran aptas para devolverlos a las cuencas”, explicó el biólogo Buitrago.
La segunda fase consistió en un monitoreo de los animales que podrían quedarse en la quebrada, los cuales fueron marcados para hacer un seguimiento.
En diciembre de 2018 inició la tercera fase, en curso, que busca una recuperación biológica y ambiental de la microcuenca y el retorno de los 6.534 animales que están en la reserva al ecosistema del corregimiento de la Fortuna al cual pertenecen.
A lo largo de los 24 kilómetros afectados por la emergencia, los profesionales, técnicos y auxiliares de campo empezaron a recrear las condiciones para la fauna silvestre del lugar.
Según explicó Buitrago González, la tarea consiste en reconstruir un microhábitat, hábitat y estructuras que se perdieron durante y después de la emergencia con los trabajos de recuperación en la zona.
“Son estructuras tipo naturaleza. Por ejemplo, un refugio, una madriguera, se hace un orificio en la tierra y se reconstruye; una estructura vegetal montada una sobre la otra que se convierte en refugio de reptiles anfibios”, manifestó.
A estos espacios les llaman empalizadas, emparrados o perchas, ya que son muy utilizadas por las aves y reptiles porque son reservorios de agua relativamente considerables para uso de anfibios, de ellos depende su reproducción.
Hasta el momento, para fauna terrestre y arbolícola se han elaborado 135 hábitats y microhábitats y 30 estructuras más que van a beneficiar peces, tortugas, babillas y otros que se desplacen por el agua.
“La restauración del medio ambiente luego de una emergencia como esta es lento, por eso, al reconstruir estos hábitats estamos ayudando a acelerar el proceso y si funciona como tenemos proyectado seguiremos con la tarea”, indicó.
De acuerdo con Cabildo Verde, entidad que trabaja de la mano con Ecopetrol para tal fin, en un mes iniciará el proceso para que 6.534 animales, cada uno marcado, retornen de manera paulatina al lugar donde pertenecen.
Por su parte, Ecopetrol tiene contemplado una compensación con la siembra de 135.000 plántulas en zonas que ya tienen definidas.
Además, realizan acercamientos con los propietarios de los predios aledaños a las quebradas Lizama y Caño Muerto para realizar el enriquecimiento forestal.