
Un verdadero caos se vive por estos días en Playa Blanca, en la isla de Barú, en Cartagena, por el turismo desbordado y la continua llegada de turistas, que ha colapsado este bello y apetecido lugar del Caribe colombiano.
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La gran problemática en esta zona turística de la costa colombiana radica en que los encargados cierran la playa cuando se llenan los parqueaderos, que tienen una capacidad para 3.000 vehículos, y no cuando se alcanza el tope máximo de personas (3.162).
Si se tiene en cuenta que en cada carro llegan familias enteras o, como mínimo, dos o tres personas, pues se estaría hablando que casi que se triplica la capacidad permitida para este turístico sector del departamento de Bolívar.
El ambientalista cartagenero Rafael Vergara, una de las personas que más conoce este sector y que ha luchado por proteger el turismo en esta zona, explicó en Mañanas BLU las verdaderas dimensiones de este caos y las medidas que, a su juicio, se deberían tomar para contrarrestar la llegada masiva y desbordada de turistas.
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“La lucha por defender Playa Blanca es causada por su belleza. No es Playa Blanca un parque natural, es una zona de amortiguación del parque y eso implica que debe tener los cuidados de un parque natural (…) La ambición del dinero, combinada con la necesidad, han generado que este sea un sitio de conflicto enorme”, sostuvo.
En ese sentido, el experto aseguró que el conflicto radica en la tenencia y el espacio de playa, apetecido no solo por turistas, sino, además, por lugareños y habitantes de la zona.
“Hay un desarrollo de un turismo masivo sobre una actividad que está montada en la ilegalidad, en la irregularidad y la informalidad y eso combina con el hecho de que al construir el puente, se abrió el espacio para que mucha gente pueda llegar los fines de semana”, explicó.
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Dijo, además, que esto se suma a la masiva llegada de personas a través de lanchas, el turismo informal, el apropiamiento de foráneos de partes de la playa y el comercio desbordado, generando el caos que hoy se vive en esta zona de la heroica.
Posibles soluciones
Vergara indicó que es necesario que las autoridades locales y nacionales, con el acompañamiento de la Procuraduría, apliquen medidas para meter en regla el desarrollo de la actividad turística de “este maravilloso lugar, que se está acabando por la ambición”.
“Debe haber un límite de personas que puedan acceder vía turística. Eso significa que debe ser controlado desde el agua y desde la tierra (…) Además, se debe instalar una infraestructura que permita una recepción que no impacte las lagunas que están alrededor de la zona, que son las que reciben las basuras y las aguas residuales”, precisó.
*Escuche la entrevista completa: