La transición energética es un tema fundamental en la agenda global, ya que busca promover el uso de fuentes de energía más sostenibles y amigables con el medio ambiente. En este sentido, Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia han demostrado ser líderes indiscutibles en esta materia, posicionándose en los primeros puestos del índice global publicado por el Foro Económico Mundial (WEF).
Suecia: un referente en la eficiencia energética
Suecia, país que ya había encabezado el índice en la clasificación anterior, vuelve a destacar en el estudio por su enfoque en la eficacia de los sistemas energéticos nacionales y su compromiso hacia energías más "verdes". Este país escandinavo ha implementado políticas innovadoras que han promovido el uso de energías renovables, la mejora en la eficiencia energética de los edificios y el impulso de la movilidad sostenible. La combinación de estas acciones ha llevado a Suecia a mantener su liderazgo en la transición energética.
Dinamarca: líder en energía eólica
Dinamarca es conocida mundialmente por ser un referente en el desarrollo y la producción de energía eólica. Este país ha apostado fuertemente por esta fuente de energía renovable, estableciendo parques eólicos tanto en tierra como en el mar. La apuesta de Dinamarca por la energía eólica ha sido clave para su destacada posición en el índice de transición energética. Además, el país ha implementado políticas que fomentan la eficiencia energética y la adopción de tecnologías limpias en diversos sectores.
Noruega: líder en movilidad sostenible
Noruega ha sobresalido en la transición energética gracias a su enfoque en la movilidad sostenible. El país escandinavo ha incentivado el uso de vehículos eléctricos mediante la implementación de políticas de subsidios y beneficios fiscales. Además, Noruega ha desarrollado una amplia infraestructura de carga para vehículos eléctricos, lo que ha facilitado su adopción masiva. Estas acciones han posicionado a Noruega como líder en movilidad sostenible y han contribuido a su destacada posición en el índice global.
Finlandia: compromiso con las energías renovables
Finlandia ha demostrado un fuerte compromiso con las energías renovables, lo que le ha permitido situarse en los primeros puestos del índice de transición energética. El país ha impulsado la producción de energía a partir de fuentes renovables, como la biomasa y la energía hidroeléctrica. Además, Finlandia ha implementado políticas para mejorar la eficiencia energética en la industria y el sector de la construcción. Este enfoque integral ha consolidado a Finlandia como uno de los líderes en la transición hacia un modelo energético más sostenible.
El avance de potencias emergentes
El informe del WEF también destaca el avance de potencias emergentes en la transición energética. China, por ejemplo, ha experimentado un espectacular ascenso en la clasificación, pasando del puesto 68 en 2021 al 17 en el índice publicado este año. Este país ha realizado inversiones significativas en energías renovables, como la solar y la eólica, y ha implementado políticas para reducir su dependencia de los combustibles fósiles. Brasil también ha avanzado notablemente, arrebatando a Uruguay el primer puesto regional.
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¿y Colombia?
En cuanto a los países latinoamericanos, Brasil se sitúa en la decimocuarta posición, siendo el mejor colocado en la región. Le siguen Uruguay en el puesto 23, Costa Rica en el puesto 25, Chile en el puesto 30 y Paraguay en el puesto 34. Colombia se encuentra en la posición 39, mientras que Perú se sitúa en el puesto 53. Es importante destacar los esfuerzos realizados por estos países en la transición energética, pero también reconocer que aún hay desafíos por enfrentar.
Retos y oportunidades en la transición energética
Si bien es alentador que un 95% de los países estudiados hayan mostrado mejoras en la transición energética, es importante tener en cuenta los desafíos que aún persisten. Las tensiones geopolíticas y económicas pueden afectar el avance en esta materia. Por tanto, es necesario que los países continúen impulsando políticas y acciones concretas para promover la adopción de energías más sostenibles y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La colaboración internacional y el intercambio de mejores prácticas son fundamentales para abordar estos desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece la transición energética.
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