En el municipio de Turbaco, Bolívar, un espejo de agua que durante años permaneció subutilizado, se ha convertido en el escenario de una apuesta energética que combina innovación tecnológica, sostenibilidad ambiental y competitividad industrial. Allí se desarrolla Yurbakua, una granja solar flotante impulsada por la Zona Franca en alianza con la empresa Enexa, un proyecto que marca un hito en el Caribe colombiano.
La iniciativa surge como respuesta a la necesidad de diversificar las fuentes de energía y reducir el impacto ambiental de la actividad industrial. Desde la Zona Franca, la decisión de albergar este parque solar flotante responde a una estrategia de largo plazo orientada a la adopción de energías limpias y renovables. Sobre la superficie del embalse flotan actualmente 2.372 paneles solares, diseñados para captar la radiación solar y transformarla en energía eléctrica limpia.
Sobre un espejo de agua que antes reposaba en silencio, hoy flotan 2.372 paneles solares que transforman la luz en energía limpia. Este proyecto fue implementado por Huawei Fusion Solar.
El proyecto incorpora tecnología de Huawei FusionSolar, con la instalación de tres inversores de 330 kilovatios cada uno. Estos equipos permiten monitorear en tiempo real el desempeño del parque solar y optimizar su operación.
En este sentido, los inversores utilizados cuentan con certificación IP66 y protección anticorrosión E5+, lo que garantiza una operación confiable y duradera. Gracias a estas características, la planta ha alcanzado un desempeño destacado, alineado con experiencias similares de Huawei en proyectos de energía solar flotante desarrollados en otras regiones del mundo.
El nombre Yurbakua no es casual. Hace referencia a la unión del agua con la memoria histórica del territorio, evocando al cacique Yurbaku. De esta manera, el proyecto busca integrar la tecnología contemporánea con elementos de identidad cultural, reforzando la idea de un desarrollo que respeta tanto el entorno natural como la herencia ancestral.
Sin embargo, esta primera fase representa solo el inicio. En una etapa posterior, Enexa y la Zona Franca proyectan convertir este activo de generación en el eje de una comunidad energética, con la capacidad de inyectar energía a los distintos usuarios del parque central de la zona franca. De concretarse, se trataría de la primera comunidad energética industrial del Caribe colombiano.