La transición energética en Colombia suma un nuevo hito con la entrada en operación de la planta solar flotante YurbaQua, un proyecto de 2,8 megavatios (MW) ubicado en el departamento de Bolívar, que se consolida como la mayor instalación de este tipo en el país. Detrás de esta iniciativa, desarrollada por ENEXA y el Parque Central Zona Franca, está el aporte tecnológico de Huawei, que suministró soluciones clave para garantizar eficiencia, confiabilidad y monitoreo inteligente del sistema.El proyecto está ubicado en Turbaco (Bolívar) y se instaló sobre cerca de 18.000 metros cuadrados de un reservorio de agua artificial dentro del Parque Central Zona Franca. Allí operan alrededor de 5.000 paneles fotovoltaicos, con una capacidad de generación estimada de 4,6 gigavatios hora (GWh) al año, suficiente para cubrir una parte significativa de la demanda energética del complejo industrial y reducir de forma sustancial su huella de carbono.La contribución de Huawei se centra en su portafolio de soluciones Smart PV, especialmente en inversores solares de alta eficiencia y sistemas de gestión digital que permiten monitorear en tiempo real el desempeño de la planta. Estas tecnologías optimizan la conversión de energía e incorporan analítica avanzada y capacidades de diagnóstico remoto, fundamentales en una infraestructura flotante donde la seguridad, la estabilidad operativa y el mantenimiento predictivo son determinantes.Con su entrada en operación, YurbaQua supera a Aquasol, la planta flotante de 1,5 MW inaugurada en 2023 en el embalse de la hidroeléctrica Urrá, en Tierralta (Córdoba), consolidándose como un referente nacional en energías renovables no convencionales.Con este proyecto, Huawei refuerza su presencia en el sector energético colombiano y su apuesta por la digitalización de la energía, demostrando cómo la tecnología puede ser un aliado estratégico para acelerar la transición hacia fuentes limpias, innovadoras y sostenibles, incluso sobre el agua.“Desde Huawei vemos en proyectos como Yurbaqua una muestra clara de cómo la tecnología puede acelerar la transición energética de manera sostenible e innovadora. Nuestras soluciones para plantas solares flotantes permiten maximizar la eficiencia, mejorar la seguridad operativa y asegurar una gestión inteligente de la energía, incluso en entornos complejos como los cuerpos de agua artificiales. Colombia tiene un enorme potencial en energías renovables y queremos seguir siendo un aliado tecnológico clave en ese camino”, señaló Diego Tang, Director de Digital Power para Colombia.
Colombia se consolida como uno de los países líderes emergentes en la transición energética de América Latina. En medio del impulso regional por las energías limpias, el país proyecta un crecimiento del 400 % en su capacidad de generación solar y eólica para 2030, una meta ambiciosa que no solo transformaría su matriz energética, sino que también abriría la puerta a miles de empleos verdes en distintas regiones.El avance ya es visible. En los últimos cinco años, Colombia cuadruplicó su capacidad instalada en fuentes no convencionales de energías renovables, al pasar de menos de 50 megavatios en 2020 a más de 250 megavatios en 2025. Este crecimiento refleja el alto potencial del país en energía solar, eólica e hidráulica, y marca un punto clave para acelerar la transición hacia un modelo más diversificado y sostenible.No obstante, el desafío sigue siendo significativo. De acuerdo con la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), el 66 % de la matriz energética nacional continúa dependiendo de fuentes hídricas, altamente vulnerables al cambio climático. Esta dependencia refuerza la urgencia de fortalecer fuentes más estables como la solar y la eólica, que permitan reducir riesgos y garantizar seguridad energética a largo plazo.El desempeño de Colombia también ha sido reconocido a nivel internacional. Según el informe Bloomberg NEF Climatescope 2024, el país ocupa el cuarto lugar mundial entre los mercados emergentes que más impulsan la transición energética y se ubica entre los tres mejores de América Latina, junto a Chile y Brasil. El reporte prevé que para 2025 las energías renovables no convencionales representen cerca del 12 % de la capacidad instalada, impulsadas por políticas públicas, inversión privada y el compromiso de empresas locales.Más allá del impacto ambiental, la transición energética representa una oportunidad económica. “Por cada megavatio instalado en energías renovables se generan entre cinco y siete empleos directos”, aseguró Edwin Hernández, CEO de Ecoled, empresa colombiana reconocida a nivel nacional e internacional por su aporte al desarrollo sostenible. Con una visión que integra innovación, crecimiento económico y responsabilidad ambiental, Colombia avanza hacia un modelo energético más limpio, resiliente y con mayor autonomía frente a los combustibles fósiles.
La selva amazónica está pasando lentamente a un nuevo clima ‘hipertropical’, más cálido y con sequías más frecuentes e intensas, unas condiciones que no se habían visto en la Tierra desde hace decenas de millones de años y que exponen a los árboles a un estrés mortal.Un estudio encabezado por la Universidad de California en Berkeley (EE. UU.) prevé que si se siguen emitiendo altos niveles de gases de efecto invernadero, las condiciones de ‘sequía cálida’ podrían volverse más frecuentes en toda la Amazonía para 2100, hasta 150 días al año, incluso en la temporada húmeda.¿Qué pasaría si la Amazonía se vuelve hipertropical?Esta nueva situación podría provocar la muerte generalizada de árboles y afectar a la capacidad de la Tierra para hacer frente al aumento de los niveles de dióxido de carbono atmosférico, ya que los bosques tropicales de todo el mundo absorben más emisiones de carbono humanas que cualquier otro bioma.Informes recientes han detectado un aumento del dióxido de carbono atmosférico tras las graves sequías en la Amazonía, lo que demuestra que el clima en los trópicos tiene un impacto cuantificable en el balance de carbono del planeta.Los científicos se refieren al nuevo régimen climático, o bioma, como los hipertrópicos, que está surgiendo debido al calentamiento global, el cual prolonga la típica estación seca de julio a septiembre, puesto que origina temperaturas más altas de lo normal.“Cuando se producen estas sequías cálidas, ese es el clima que asociamos con un bosque hipertropical, porque supera los límites de lo que consideramos actualmente un bosque tropical”, señaló el director del estudio, Jeff Chambers, en un comunicado de la Universidad de California en Berkeley.El estudio que publica Nature documenta que las condiciones de sequía y calor estresan a los árboles y aumentan su tasa normal de mortalidad.Los investigadores descubrieron por qué los árboles mueren en condiciones hipertropicales, que ahora solo se producen durante unos pocos días o semanas durante sequías extremas.Una vez que el contenido de humedad del suelo por volumen disminuye a aproximadamente un tercio, los árboles dejan de capturar carbono, mueren de inanición o desarrollan burbujas de aire en su savia.“Demostramos que los árboles de crecimiento rápido y baja densidad de madera eran más vulnerables y morían en mayor número que los árboles de alta densidad de madera”, precisó el investigador, que investiga sobre la Amazonía desde 1993 y en buena parte con el Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia (INPA) en Manaos.Además, es probable que las condiciones hipertropicales aparezcan fuera de la Amazonía, en las selvas tropicales del África occidental y en todo el sudeste asiático.El investigador hizo hincapié en que se prevé el peor de los resultados si la sociedad hace muy poco para reducir las emisiones de dióxido de carbono que provocan el cambio climático.“Depende de nosotros hasta qué punto vamos a crear realmente este clima hipertropical”, indicó Chambers, y advirtió de que si se sigue emitiendo gases de efecto invernadero sin control: “Entonces crearemos este clima hipertropical antes”.
La moda sostenible está dejando de ser un concepto aspiracional para convertirse en un interés real entre los colombianos. Así lo revela un estudio de Ipsos Colombia, desarrollado a través de su comunidad cualitativa CONECTAD@S, que exploró cómo están cambiando las formas de consumir ropa, qué valores influyen en las decisiones de compra y de qué manera las personas están integrando la sostenibilidad en su día a día.El estudio, que incluyó a 163 participantes de estratos 2 y 3, encontró una comunidad diversa en motivaciones y comportamientos. Las mujeres representan el 67 % de los participantes, y el grupo etario más numeroso se ubica entre los 35 y 44 años. Pese a las diferencias generacionales, la mayoría coincide en algo: la preocupación por el impacto ambiental está presente, aunque todavía convive con otros factores que moldean las decisiones finales. Muestra de ello es que un 60 % ya contempla opciones como la reventa o el alquiler, mientras que un 30 % asegura que la sostenibilidad influye de manera decisiva en su elección de compra.En materia de durabilidad, las percepciones también están evolucionando. Los consultados entienden este concepto más allá de la simple resistencia física: esperan que una prenda conserve su funcionalidad y estética durante al menos tres años, y el 70 % asocia esa permanencia a la versatilidad, es decir, a que pueda acompañarlos en distintos momentos de la vida. Este hallazgo señala una oportunidad para las marcas, que pueden fortalecer la comunicación sobre materiales de calidad, origen responsable y prácticas sostenibles, aspectos que un 30 % de los encuestados asegura priorizar.El componente emocional aparece como un factor clave en la relación con la moda. Entre el 30 % y 35 % de los participantes afirma conservar prendas por razones sentimentales: regalos, recuerdos personales o piezas que representan hitos de vida. Esta conexión afectiva no solo prolonga la vida útil de la ropa, sino que se convierte en un punto de encuentro entre marcas y consumidores, donde la sostenibilidad no solo se mide en impactos ambientales, sino también en historias que se vuelven significativas.En ese sentido, el estudio plantea que la construcción de marca también está cambiando. Los consumidores buscan cercanía, mensajes claros sobre el propósito y experiencias que trasciendan la compra. Las empresas del sector tienen el desafío de volver tangible la sostenibilidad, traducirla en características visibles y convertirla en un valor cotidiano, deseable y accesible.La moda sostenible en el país, más que una tendencia, es un movimiento cultural en desarrollo. A medida que crece el interés y mejora la comprensión del consumidor, la industria colombiana se encuentra frente a un escenario prometedor: innovar, educar y ofrecer propuestas que armonicen conciencia ambiental, durabilidad y experiencias significativas. El camino, aunque apenas comienza, promete redefinir la manera en que los colombianos se relacionan con lo que visten.
La región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, cierra el año sumida en una profunda crisis de orden público. El pasado 26 de diciembre, se registraron violentos enfrentamientos entre el ELN y el Frente 33 de las disidencias de las Farc (bajo el mando de 'Calarcá'), específicamente sobre el kilómetro 16 de la vía que conduce al corregimiento de La Gabarra, en el municipio de Tibú. Según informó el alcalde municipal, Richard Claro, en Mañanas Blu, los combates comenzaron desde la madrugada, obligando a la población civil a resguardarse en una escuela local antes de emprender el camino hacia el casco urbano.Desplazamiento masivoLa situación ha provocado el desplazamiento de, hasta el momento, 187 personas, lo que representa aproximadamente 60 a 64 núcleos familiares que llegaron al casco urbano de Tibú buscando protección. Estos ciudadanos están siendo recibidos inicialmente en la alcaldía y posteriormente trasladados a un albergue de paso administrado en conjunto con la Diócesis de Tibú.El mandatario local expresó su preocupación por el estado emocional de la población, especialmente de los menores de edad. "Es necesaria la atención psicosocial para estos niños y niñas que están en una situación emocional bastante compleja al escuchar enfrentamientos, drones y atentados", afirmó Claro, subrayando que las familias han pasado una Navidad marcada por la intranquilidad.Un clamor por seguridad y recursosEl panorama en Tibú es crítico, pues el municipio asegura no contar con el presupuesto suficiente para atender de manera prolongada a la población desplazada, por lo que han solicitado la subsidiaridad del Gobierno Nacional y departamental, así como de la Unidad para las Víctimas.Escuche aquí la entrevista:
Ni siquiera la Navidad logró frenar los episodios de intolerancia que a diario se registran en el sistema de transporte masivo de Bogotá. En plena celebración de Navidad, cuando muchos ciudadanos regresaban a sus casas para compartir con sus familias, dos mujeres protagonizaron una fuerte pelea dentro de un bus de TransMilenio. La escena, como ya es costumbre, quedó registrada en video y rápidamente se difundió en redes sociales.En las imágenes se observa cómo ambas mujeres se enfrentan físicamente, agarrándose del cabello en medio del pasillo del articulado, mientras otros pasajeros miran atónitos la situación. De acuerdo con lo que se escucha en la grabación, el origen del altercado no habría sido una discusión por un asiento, una de las causas más frecuentes de este tipo de conflictos, sino un presunto comentario ofensivo dirigido al hijo de una de las involucradas.Este es el video de la agresión:Según relatan testigos y se alcanza a percibir en el audio, la madre del joven reaccionó de manera violenta luego de que, al parecer, la otra mujer profiriera un insulto. Ese momento marcó el inicio del enfrentamiento, que escaló rápidamente ante la mirada de varios niños y adultos que viajaban en el bus.Mientras el forcejeo se prolongaba durante varios minutos, algunos pasajeros intentaban intervenir para separarlas, aunque sin éxito inmediato. Incluso, en medio del caos, se escucha a una mujer decir de forma irónica “feliz Navidad”, una frase que reflejó el contraste entre la fecha de celebración y el ambiente de agresividad que se vivía dentro del vehículo.La tensión aumentó cuando un hombre, que aparentemente acompañaba a una de las mujeres, intentó involucrarse en la pelea, lo que por poco genera una situación aún más grave. Finalmente, otro usuario logró intervenir de manera más contundente y consiguió separarlas, evitando que el enfrentamiento pasara a mayores.Como ocurre en muchos de estos casos, mientras algunos ciudadanos pedían calma y recriminaban la falta de ejemplo, otros optaron por sacar sus celulares y grabar el episodio. Este nuevo incidente vuelve a poner sobre la mesa la preocupante normalización de las riñas en TransMilenio, un sistema golpeado por el estrés diario, la congestión y la falta de cultura ciudadana. Autoridades han reiterado llamados a la tolerancia y el respeto.
La región del Catatumbo, en la frontera con Venezuela, cierra el año sumida en una delicada situación de orden público debido a intensos combates entre las disidencias de las Farc, lideradas por alias 'Calarcá', y el ELN. Este nuevo ciclo de violencia tiene como epicentro el corregimiento de La Gabarra, en Tibú, una zona que históricamente ha padecido el rigor de la guerra y que hoy vuelve a ser escenario de un fuego cruzado que mantiene en vilo a la población civil.Crisis humanitaria y desplazamientos masivosLa escalada violenta ha provocado el desplazamiento de más de 250 personas, quienes han buscado refugio en el casco urbano de Tibú, concentrándose principalmente en un colegio y en las instalaciones de la alcaldía municipal. El drama se extiende hasta la ciudad de Cúcuta, donde ya se registra la llegada de al menos 40 personas, cifra que las autoridades locales temen podría duplicarse en las próximas horas ante la persistencia de los combates. El impacto emocional en la comunidad es profundo; se han conocido registros donde las familias, en medio del pánico, gritan a los combatientes que se detengan debido a la presencia de niños en las viviendas, muchas de las cuales han resultado impactadas por proyectiles.Un conflicto sin tregua entre grupos armadosA pesar de que el ELN y las disidencias de las Farc han manifestado en días recientes un cese de hostilidades hacia la Fuerza Pública, la realidad en el territorio muestra que entre ellos no existe ningún tipo de acuerdo o tregua. La disputa territorial se ha concentrado en puntos estratégicos como el kilómetro 16 y el sector de Pacheli, áreas históricamente controladas por el ELN donde ahora se reportan patrullajes de las disidencias. Esta falta de entendimiento entre los grupos ilegales ha dejado a la población civil en medio de una guerra que no da tregua, incluso cuando se anunciaban vientos de paz con el Estado.La respuesta institucional parece no ser suficiente ante la magnitud de la crisis. El alcalde de Cúcuta ha señalado que, durante este año de violencia persistente, se han invertido cerca de 20.000 millones de pesos para atender la situación, pero los recursos se han agotado y las capacidades locales están al límite. Además, la situación de seguridad es tan crítica que se reportó una misión médica atrapada en medio del fuego cruzado, mientras que los habitantes que no han logrado salir enfrentan el confinamiento y el desabastecimiento de alimentos.Escuche aquí el informe:
Fuertes lluvias se han registrado en el Valle del Cauca desde la tarde del jueves 25 de diciembre, las cuales se han extendido con el paso de las horas. Estas precipitaciones han generado múltiples emergencias que están siendo atendidas por las autoridades de gestión del riesgo.La situación más crítica se registró en el municipio de Buga, donde una persona murió al resultar atrapada en un deslizamiento provocado por la inestabilidad del terreno en la zona rural, situación que también afectó la movilidad de diferentes corregimientos y veredas que resultaron incomunicadas por varias horas.“Lamentamos informar que, producto de un movimiento en masa en Buga, una persona perdió la vida y se están adelantando todas las gestiones pertinentes sobre este tema en particular”, informó el secretario de Gestión de Riesgo y Desastres, Francisco Tenorio.Por su parte, el municipio de Tuluá sufrió graves inundaciones producto de la creciente del río que atraviesa esta población, por varias horas estuvo paralizada la movilidad dejando afectadas varias viviendas aledañas al afluente. Es por esta razón que las autoridades declararon calamidad pública."Iniciamos el proceso de limpieza de vías y el tema de evacuación de todo este material que llegó específicamente a la sede del cuerpo de Bomberos, a las calles anexas y en la institución educativa Corazón del Valle, las cuales fueron las más afectadas", indicó Martín Hincapié, secretario de gobierno de Tuluá.Actualmente hay vigilancia constante en los municipios de Dagua y Buenaventura, por la creciente del río pepitas , las lluvias también provocaron que la vía hacia el principal puerto del Pacífico se viera afectada por varias horas por un derrumbe, situación que ya fue controlada por el concesionario.
La forma en la que se mide el tiempo en la Tierra no es tan rígida como suele pensarse. Aunque el reloj marque siempre 24 horas por día, la duración real de una jornada depende del movimiento del planeta, un fenómeno que la ciencia observa y registra con instrumentos astronómicos y sistemas de medición de alta precisión.Desde hace décadas, investigadores han documentado que la rotación terrestre no es completamente estable. Pequeñas variaciones, casi imposibles de percibir para las personas, se acumulan a lo largo de millones de años y modifican lentamente la duración del día, según la NASA.¿Cuándo durarían 25 horas los días?La posibilidad existe, pero no es cerca; nada cerca. Según estimaciones científicas citadas por la Universidad de Toronto, este escenario se ubicaría a una escala temporal cercana a los 200 millones de años.Estas proyecciones hacen parte de estudios sobre la evolución del sistema Tierra-Luna a lo largo del tiempo geológico. El trabajo está asociado a investigaciones lideradas por el astrofísico Norman Murray, quien ha explicado cómo la duración del día ha cambiado desde las primeras etapas del planeta y cómo podría seguir haciéndolo si las condiciones generales se mantienen.Por qué un día no siempre dura lo mismoContrario a la idea popular, un día no es una unidad fija desde el punto de vista científico. La NASA, a través de su plataforma educativa Space Place, explica que existen diferentes formas de medir la rotación terrestre.Cuando el giro del planeta se calcula con respecto al Sol, se obtiene el llamado día solar, que es la base de las 24 horas usadas en la vida cotidiana. Sin embargo, si se mide en relación con estrellas lejanas, el resultado es un intervalo ligeramente más corto, conocido como día sideral, y es una diferencia que ocurre porque la Tierra rota sobre su eje mientras avanza en su órbita alrededor del Sol.Además, incluso el día solar presenta pequeñas irregularidades. A muy largo plazo, esas variaciones muestran una tendencia al aumento gradual de su duración.¿Qué papel tiene la Luna en la duración del día en la Tierra?La causa principal de este proceso es la interacción gravitacional entre la Tierra y la Luna. La gravedad lunar genera mareas en los océanos, formando abultamientos de agua que se desplazan con la rotación del planeta.De acuerdo con explicaciones publicadas por la NASA sobre la rotación de la Tierra, estos abultamientos no coinciden exactamente con la posición de la Luna debido a la fricción entre el agua y el fondo marino. Esa fricción actúa como un freno muy leve sobre el giro terrestre, reduciendo lentamente su velocidad.Como resultado de este intercambio de energía, la Tierra rota cada vez un poco más despacio y la Luna se aleja gradualmente.¿Cómo se sabe que sí se desacelera la Tierra?El cambio no puede sentirse ni observarse directamente, pero sí medirse. Los científicos comparan relojes atómicos de alta precisión con observaciones astronómicas y registros históricos, como antiguos datos de eclipses.Organismos como el Servicio Internacional de Rotación de la Tierra y Sistemas de Referencia publican informes periódicos que reflejan estas variaciones. A su vez, entidades como el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) y el Observatorio Naval de Estados Unidos han explicado el uso de los llamados segundos intercalares, diseñados para mantener sincronizado el tiempo oficial con la rotación real del planeta.Aunque las mareas son el factor dominante, no son el único. La NASA también ha señalado que la redistribución de masa en la Tierra —como el derretimiento de grandes capas de hielo o cambios en el agua subterránea— puede modificar ligeramente la velocidad de rotación.
Una buena noticia llegó para el ecosistema marino en medio del cambio climático. Profesores y estudiantes del Laboratorio de Biología Molecular Marina de la Universidad de Los Andes presentaron Seasprout, una tecnología que promete revolucionar la restauración de ecosistemas marinos. Este avance —actualmente en evaluación de patentabilidad— permite recuperar, en cuestión de meses, estructuras naturales que tardan hasta un siglo en formarse de manera espontánea, como los rodolitos y las praderas submarinas que sirven de refugio y soporte para una enorme diversidad de especies.Los rodolitos, algas coralinas que se calcifican hasta formar piedras vivas, desempeñan un papel clave en la creación de hábitats submarinos, la estabilización del fondo marino y la captura de carbono. Con Seasprout, los investigadores diseñaron rodolitos artificiales: sustratos biomiméticos, porosos y altamente estables que permiten que las algas coralinas y comunidades microbianas beneficiosas se adhieran y vuelvan a crecer. Cada nueva capa de calcificación fija carbono, acelerando la regeneración y fortaleciendo la función ecológica de estas estructuras.Esta innovación forma parte de los desarrollos más destacados de Sierra Valley, el primer laboratorio territorial de sostenibilidad del país, impulsado por AJE y la Alcaldía de Santa Marta. El proyecto busca demostrar cómo la ciencia y la tecnología pueden transformar la biodiversidad en prosperidad compartida, posicionando a Colombia como un referente internacional en transición climática. “Lo más poderoso de esta tecnología es que conecta la ciencia con las comunidades costeras. No solo se restauran ecosistemas, sino que también se crean nuevos oficios, se activan cadenas de valor que antes no existían y se promueve una relación más sostenible con el medio ambiente”, afirmó Uriel Sánchez, CEO de Seasprout.Esta tecnología es una invitación a sumar esfuerzos para que Colombia lidere, desde el Caribe, un modelo de desarrollo que inspire a otras ciudades del mundo: uno en el que la biodiversidad se convierte en motor de prosperidad compartida y las crisis ambientales se transforman en oportunidades para innovar y regenerar.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible expidió una nueva resolución que reglamenta la Ley 2173 de 2021, una norma que busca promover la restauración ecológica del territorio nacional a través de la siembra de árboles y la creación de Áreas de Vida en todos los municipios del país.Estas Áreas de Vida serán zonas definidas por las alcaldías, en coordinación con las autoridades ambientales, para desarrollar programas de plantación, conservación y mantenimiento de especies nativas. Según la resolución, los municipios tendrán un plazo de seis meses para identificar y delimitar estas zonas, las cuales deberán ser reportadas al Ministerio para su registro oficial.La reglamentación también establece que las medianas y grandes empresas deberán participar en jornadas de siembra, elaborar planes de restauración y presentar informes de cumplimiento. Por su parte, las personas naturales que participen recibirán el Certificado “Siembra Vida Buen Ciudadano”, mientras que las empresas obtendrán el “Siembra Vida Empresarial”, ambos gratuitos y válidos por un año.El documento incluye la participación activa de comunidades indígenas, reconociendo su autonomía en la definición de lineamientos ambientales y el manejo sostenible de los bosques.Con esta medida, el Gobierno busca fortalecer las políticas de restauración ecológica, gestión forestal y lucha contra la deforestación, en línea con el Plan Nacional de Desarrollo “Colombia Potencia Mundial de la Vida”.
En un esfuerzo por reducir el impacto ambiental y promover un consumo más responsable, la compañía Mabe, junto a Red Verde y Orinoco E-Scrap, lidera una iniciativa nacional que busca incentivar el cambio de electrodomésticos antiguos por equipos más eficientes. La propuesta incluye beneficios tributarios para los hogares de estratos 1, 2 y 3 que entreguen su nevera vieja y adquieran una nueva con mejor rendimiento energético.De esta alianza nació el programa Green Cycle, que no solo promueve el reciclaje responsable, sino que también educa a los consumidores sobre la correcta disposición de los residuos eléctricos y electrónicos (RAEE), una problemática que ha crecido un 82% a nivel global desde 2010, según el Global E-Waste Monitor 2024.Gracias al incentivo tributario, quienes participen en el programa podrán pagar solo el 5% del IVA en la compra de su nueva nevera, siempre que entreguen la antigua en un punto autorizado y que el valor del electrodoméstico no supere los 30 UVT. Este mecanismo busca facilitar la sustitución de equipos ineficientes y garantizar que las unidades recolectadas sean tratadas bajo normas ambientales seguras.En el corazón del proceso se encuentra Orinoco E-Scrap, una planta ubicada en Funza, Cundinamarca, donde se realiza la recolección, desmantelamiento y procesamiento de los electrodomésticos desechados. Allí opera Fiona, una de las máquinas más avanzadas de América Latina, capaz de procesar hasta una tonelada de residuos por hora, separando metales, plásticos y gases de manera automatizada.En lo corrido de 2025, Mabe y Red Verde han gestionado más de 1.600 toneladas de residuos electrónicos, con la meta de alcanzar 2.000 toneladas al cierre del año y 22.000 para 2030, consolidando un modelo de economía circular que combina innovación tecnológica, responsabilidad empresarial y compromiso ciudadano.Durante el conversatorio “Cómo deshacerte de tu electrodoméstico viejo sin dañar el planeta”, los voceros de Mabe y sus aliados destacaron que la transformación empieza en casa. Cada nevera entregada representa un paso hacia la sostenibilidad y una oportunidad para que más familias colombianas accedan a tecnología eficiente sin sacrificar el medio ambiente.Así, esta iniciativa demuestra que una acción pequeña —como reemplazar una nevera— puede generar un impacto colectivo en favor del planeta.Escuche aquí de qué se trata:
Bajo la premisa de lograr un Tumaco limpio, justo y lleno de vida, niñas, niños y adolescentes de la Red Nacional de Participación Lideramos el Cambio se unieron para investigar, analizar y proponer soluciones frente a uno de los mayores desafíos ambientales del municipio: la contaminación por residuos plásticos en los cuerpos de agua.Durante varios meses, este grupo juvenil identificó cómo la acumulación de basura en playas, mares y puentes de Tumaco refleja una grave deficiencia en los sistemas de recolección y disposición de residuos, una situación que pone en riesgo su derecho a un ambiente sano y el bienestar de toda la comunidad.Según los participantes, la falta de educación ambiental, la ausencia de infraestructura para depositar adecuadamente la basura y la poca articulación institucional han provocado una “emergencia silenciosa” que afecta directamente los ecosistemas costeros. “Podríamos contar con un espacio más limpio, pero con la ayuda de nuestra comunidad y de las autoridades, para así mantener un ecosistema y preservar la riqueza biocultural de nuestro territorio”, expresó Milagros, una participante de 13 años.Con el objetivo de generar conciencia y movilizar acciones concretas, los jóvenes lanzarán este jueves 16 de octubre la campaña “A cuidar y reciclar porque Tumaco merece brillar”, un proyecto que combina creatividad, liderazgo y educación ambiental. El proyecto, desarrollado junto a un equipo creativo bajo la metodología SHIFT de Save the Children, permitió que 32 niñas, niños y adolescentes construyeran una campaña de incidencia ambiental desde su propia experiencia. En el proceso crearon una canción original, una caja de herramientas digital con identidad visual, afiches, un mural colectivo, videos y contenido para redes sociales, todo con un mismo propósito: inspirar a Tumaco a cuidar el agua y actuar frente al cambio climático.
Santa Marta se prepara para dar un salto histórico hacia la sostenibilidad con el lanzamiento de Sierra Valley, una innovadora iniciativa liderada por AJE que busca convertir a la ciudad en la Capital Verde del Caribe. Este proyecto, pionero en Colombia, busca transformar los desafíos ambientales y sociales en motores de inclusión, innovación y competitividad, proyectando un impacto nacional e internacional.Sierra Valley se alinea con los instrumentos de política de la ciudad, como la Política de Emprendimiento e Innovación 2024-2035 y la Ruta 500+, que buscan impulsar el desarrollo económico sostenible. La iniciativa busca articular a diferentes actores para potenciar la riqueza natural y cultural de la región, promoviendo una economía regenerativa y del conocimiento.La iniciativa cuenta con seis motores de transformación:Territorio, Cultura y Comunidades: enfocado en el desarrollo comunitario y la preservación cultural.Soluciones basadas en la Naturaleza: busca implementar soluciones naturales para problemas ambientales.Innovación para la Sostenibilidad: impulsa la innovación y el desarrollo sostenible.Finanzas e inversión para la transición: gestiona recursos financieros para proyectos sostenibles.Riesgos y oportunidades climáticas: identifica y aborda los riesgos climáticos y busca oportunidades de desarrollo sostenible.Educación y formación para la transición: capacita a las comunidades para la transición hacia la sostenibilidad.Entre las apuestas innovadoras de Sierra Valley se encuentra Seasprout, una tecnología colombiana que acelera la regeneración de ecosistemas marinos, restaurando corales y praderas submarinas en meses, con beneficios en biodiversidad y captura de carbono.Con este proyecto, Santa Marta se proyecta como un escenario de referencia internacional en sostenibilidad y desarrollo, donde las crisis se convierten en oportunidades y la biodiversidad se transforma en prosperidad compartida. La ciudad busca inspirar a otras urbes del mundo a adoptar modelos de transición climática y desarrollo sostenible.
El cambio climático y la deforestación están empujando a especies de primates que viven en los árboles a pasar más tiempo en el suelo, donde corren más riesgo por la falta de alimentos y la pérdida de refugio, señala un estudio que publica Pnas.Una colaboración internacional de 118 científicos estudió 32 especies de monos y 15 de lémures en 68 lugares de América y Madagascar a través de 150.000 horas de datos para identificar rasgos en estas especies típicamente arborícolas que se asocian a un mayor tiempo de permanencia en el suelo.El equipo estima que los efectos antropogénicos actuales pueden producir condiciones análogas a las de transiciones evolutivas pasadas, lo que podría llevar a los primates predominantemente arborícolas a utilizar cada vez más los hábitats terrestres.Aunque las especies examinadas pasaron una media de sólo el 2,5 % de su tiempo cada mes en el suelo, el análisis identificó variaciones tanto entre las especies como dentro de ellas.Los primates que consumen menos fruta y viven en grupos sociales grandes son más propensos a descender al suelo, unos rasgos que consideran como una potencial "preadaptación" a la terrestrialidad.Los que viven en entornos más calurosos y con menos cobertura de copas eran más propensos a adaptarse a estos cambios hacia un uso más extensivo del suelo.A medida que el cambio climático empeora y los hábitats arbóreos disminuyen, el estudio sugiere que los primates que consumen una dieta más generalizada y viven en grupos más grandes pueden adaptarse más fácilmente a un estilo de vida terrestre.Es posible que pasar más tiempo en el suelo pueda amortiguar, para algunos primates, los efectos de la degradación de los bosques y el cambio climático.Sin embargo, para las especies menos adaptables “serán necesarias estrategias de conservación rápidas y eficaces para garantizar su supervivencia", dijo uno de los autores de la investigación Timothy Eppey de la asociación San Diego Zoo Wildlife Alliance (EE. UU.).Le puede interesar TecnoBlu:Las poblaciones de primates más cercanas a las infraestructuras humanas son, por su parte, menos propensas a descender al suelo.Este hallazgo puede sugerir, según Luca Santini de la Universidad de la Sapienza de Roma, que la presencia humana, que “suele ser una amenaza para los primates, puede interferir en la adaptabilidad natural de las especies al cambio global."La transición de un estilo de vida arborícola a uno terrestre ya se produjo anteriormente en la evolución de los primates, pero los rápidos cambios actuales suponen una grave amenaza, señala el estudio.El ritmo actual de deforestación y cambio climático “pone en peligro a la mayoría de las especies de primates", afirmó Giuseppe Donati, de la Universidad Oxford Brookes (Reino Unido) y también autor del estudio.Escuche aquí el podcast Ser campeón viene con manual:
El árbol más alto de China, un abeto de unos 380 años, sigue creciendo y ha alcanzado los 83,4 metros, según las últimas mediciones oficiales.El árbol, denominado Abies ernestii var. Salouenensis, un tipo de abeto común en las zonas montañosas de la remota región china del Tíbet (oeste), fue descubierto el pasado mes de mayo durante una investigación científica en la zona, recoge hoy la agencia estatal Xinhua.Aquel equipo estableció entonces la altura del espécimen en 83,2 metros utilizando un dron, pero las nuevas mediciones realizadas por una división del Instituto de Botánica de la Academia de Ciencias de China elevaron la barra 20 centímetros.Los investigadores también midieron el diámetro del árbol a la altura del pecho en 207 centímetros y estimaron que tiene unos 380 años.El estudio publicado destaca que la elevación promedio de 2.800 metros del lugar, acompañada de las grandes precipitaciones, el clima templado y el sol moderado que abunda en el área han favorecido al crecimiento del abeto.Por ello, además del árbol récord en cuestión, el bosque de coníferas del condado de Chayu donde se halla está compuesto en su mayoría por árboles que superan los 75 metros de altura.China está intensificando su labor de plantación y conservación de árboles en todo el país como parte de los esfuerzos para cumplir su compromiso de llegar al pico de emisiones de carbono en 2030 y lograr la neutralidad de carbono para 2060.En mayo pasado, Xie Zhenhua, el enviado especial del gigante asiático para el Cambio Climático, anunció que China se comprometía a plantar, conservar, restaurar y administrar 70.000 millones de árboles en el país para el año 2030.El 1981 fue instituido el Día de Plantar Árboles, en el que cada año participan millones de personas y con el que se busca crear en ciudades como Pekín "grandes murallas verdes" en las afueras que detengan la arena y otras partículas contaminantes. Escuche el podcast de ¿Por qué todos saben inglés menos yo?
Regiones enteras del mundo se volverán inhabitables en las próximas décadas a causa de las olas de calor, que serán cada vez más frecuentes e intensas, advirtieron la ONU y la Cruz Roja este lunes.A menos de un mes de la COP27, que se celebrará en noviembre en Egipto, la ONU y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) instaron, en un informe conjunto, a prepararse para las olas de calor futuras y evitar así un importante número de muertos.En su reporte sobre los fenómenos de calor extremo, ambas organizaciones indicaron que, habida cuenta de la evolución actual del clima, "las olas de calor podrían alcanzar y superar [los] límites fisiológicos y sociales" de los humanos en las próximas décadas, sobre todo en regiones como el Sahel y el sur y el suroeste de Asia.Una situación así comportará "sufrimientos y pérdidas de vidas humanas a gran escala, movimientos de población y una agravación de las desigualdades", advirtieron las organizaciones.Según el documento, casi en todas los territorios en los que existen estadísticas disponibles, las olas de calor constituyen el peligro meteorológico más mortífero.Cada año, miles de personas mueren a causa de las olas de calor, un fenómeno que se volverá cada vez más letal a medida que se acentúe el cambio climático, indicaron en el informe Martin Griffiths, jefe de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), y Jagan Chapagain, secretario general de la FICR.Las olas de calor han provocado algunas de las catástrofes más mortíferas jamás registradas. El informe recuerda que la ola de calor que azotó Europa en 2003 dejó más de 70.000 muertos, y que la canícula que vivió Rusia en 2010 mató a más de 55.000 personas.Según el documento, los expertos prevén que las tasas de mortalidad vinculadas con el calor extremo sean muy altas, "comparables, en magnitud, con todos los cánceres para finales de siglo".Le puede interesar:
Si las Maldivas o Tuvalu quedaran sumergidas por el océano, ¿estarían condenadas a desaparecer del mapa como país? ¿Y sus ciudadanos? Esta posibilidad real infligida por el cambio climático supone un desafío inédito para la comunidad internacional y para los pueblos amenazados con perder hasta su identidad."Es la mayor tragedia que puede sufrir un pueblo, un país, una nación", dice a la AFP el expresidente de las islas Maldivas Mohamed Nasheed.Según los expertos del clima de la ONU, el nivel del mar ha aumentado entre 15 y 25 cm desde 1900 y el ritmo se está acelerando en algunas zonas tropicales.Si las emisiones siguen al ritmo actual, los océanos podrían crecer cerca de un metro más en torno a las islas del Pacífico y del océano Índico para fines de siglo.Si bien es cierto que sigue por debajo del punto más alto de los pequeños estados insulares más planos, el aumento del nivel del mar vendrá acompañado de una multiplicación de tormentas y grandes oleajes que contaminarán con sal el agua y la tierra, haciendo muchos de estos atolones inhabitables antes de que los engulla el mar.Según un estudio citado por el panel de expertos climáticos de la ONU (IPCC), cinco estados (Maldivas, Tuvalu, islas Marshall, Nauru y Kiribati) corren el riesgo de convertirse en inhabitables para 2100, creando 600.000 refugiados climáticos apátridas.- "Ficción legal" -La situación no tiene precedentes. Es cierto que las guerras han borrado del mapa a algunos Estados, pero "nunca hemos visto que un Estado pierda completamente su territorio debido a un evento físico como el aumento del nivel del océano", dice Sumudu Atapattu, de la Universidad de Wisconsin-Madison.La Convención de Montevideo de 1933 sobre los derechos y deberes de los Estados, referencia en la materia, es clara: un Estado está constituido por un territorio definido, una población permanente, un gobierno y la capacidad de interactuar con otros Estados.Si el territorio queda sumergido, o si nadie puede vivir en lo que quede de él, al menos uno de los criterios no se cumple.No obstante, "el concepto de Estado es una ficción legal creada por las necesidades del derecho internacional. Por lo que podríamos crear una nueva ficción para incluir estados desterritorializados", sugiere Atapattu.Es de hecho la idea que está detrás de la iniciativa "Rising Nations" que en septiembre lanzaron varios gobiernos del Pacífico: "Convencer a los miembros de la ONU de reconocer nuestra nación, aunque estemos sumergidos por las aguas, porque es nuestra identidad", dijo a la AFP el primer ministro de Tuvalu, Kausea Natano.Algunos reflexionan cómo serán estos Estados-nación 2.0. "Podrían tener el territorio en un sitio, la población en otro y el gobierno en otro", explica a la AFP Kamal Amakrane, director del Centro para la Movilidad Climática de la Universidad de Columbia.Para empezar se necesitaría una "declaración política" de la ONU, así como un "tratado" entre el Estado amenazado y el "Estado anfitrión", dispuesto a recibir al gobierno en exilio en una especie de embajada permanente, y darle doble nacionalidad a esa población.El antiguo responsable de la ONU llama la atención sobre una ambigüedad de la Convención de Montevideo: "Cuando se habla de territorio, ¿se refiere a la tierra firme o a un territorio marítimo?"- "Humanos ingeniosos" -Gracias a sus 33 islas dispersas en 3,5 millones de km2 en el Pacífico, Kiribati, minúscula en cuanto a superficie terrestre, cuenta con una de las zonas económicas exclusivas (ZEE) más grandes del mundo.Si se preservara esta soberanía marítima, el Estado no desaparecería, aseguran algunos expertos.Pese a que algunos islotes ya se los ha tragado el mar y las costas se inundan, congelar las ZEE permitiría preservar el acceso a recursos esenciales.En una declaración de agosto de 2021, los miembros del Foro de las Islas del Pacífico, entre ellas Australia y Nueva Zelanda, "proclamaron" que sus zonas marítimas "seguirían aplicándose, sin reducción, pese a cualquier cambio físico relacionado con el aumento del nivel del mar".Pero en cualquier caso, irse de los países amenazados no entra en los planes de muchas personas."Los humanos son ingeniosos, encontrarán formas flotantes de seguir viviendo ahí", asegura Mohamed Nasheed, refiriéndose a las ciudades flotantes.El problema es que estos países no tienen recursos para este tipo de proyectos. La cuestión del financiamiento de las "pérdidas y daños" causados por el impacto del calentamiento será uno de los temas candentes de la COP27 en Egipto en noviembre.Aunque se defienda "el derecho a quedarse" y no irse de su tierra y "su herencia", "se necesita un plan B", insiste por su parte Kamal Amakrane.En este sentido, pide que se inicie "lo antes posible" un proceso "político" para preservar los futuros Estados inhabitables con el fin de "dar esperanza a las poblaciones".Y es que la incertidumbre actual "crea amargura y desconcierto y con eso, matamos a una nación, a un pueblo", alerta.