El medicamento a la moda que puede ser un riesgo para conductores, advierten expertos
En Colombia, el Código Nacional de Tránsito también advierte de riesgos por tomar ciertos medicamentos.
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En Colombia, la normativa de tránsito establece que toda persona que aspire a obtener o renovar una licencia de conducción debe demostrar su aptitud física, mental y de coordinación motriz, señala la resolución 0217 de 2014 del Ministerio de Transporte, que también advierte sobre ciertas condiciones médicas y tratamientos que pueden poner en riesgo la seguridad vial, convirtiéndose en una barrera para conducir legalmente.
De acuerdo con esta resolución, los conductores que presenten alteraciones que interfieran con su capacidad para manejar un vehículo —como pérdida de conciencia, deterioro de la atención o trastornos metabólicos no controlados— pueden ser inhabilitados temporal o definitivamente, salvo que cuenten con un concepto médico especializado que lo autorice.
Un caso ya contemplado es el de quienes usan insulina, pero ahora comienzan a surgir advertencias sobre nuevos medicamentos que, aunque populares, podrían representar un riesgo similar.
Es el caso de fármacos como la semaglutida (Ozempic y Mounjaro), utilizados originalmente para tratar la diabetes tipo 2, pero que en los últimos años han ganado popularidad por su efecto en la pérdida de peso. Estos medicamentos, que actúan como agonistas del GLP-1, imitan una hormona intestinal que regula la producción de insulina y reduce el apetito, lo cual ha hecho que se usen cada vez más en tratamientos contra la obesidad.
Sin embargo, especialistas han advertido sobre sus efectos adversos y cómo podrían afectar la conducción. La doctora Diana Lankenau, internista y experta en Obesidad, explicó a través de sus redes sociales que estos medicamentos pueden generar fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, pérdida de apetito y, en algunos casos, una sensación general de malestar que se mantiene incluso después de varias semanas de uso.
“Otros efectos menos frecuentes incluyen dolor de cabeza, dolor abdominal, mareo, vértigo o fatiga, aumenta el riesgo de presentar hipoglucemia sobre todo si estas usando insulina, y aumenta el riesgo de desarrollar piedras en la vesícula”, señaló Lankenau. Además, se ha documentado que algunos pacientes presentan un leve aumento en la frecuencia cardíaca.
Según el marco legal colombiano, si una persona está bajo tratamiento con medicamentos que alteren la conciencia, la percepción o el sistema nervioso, debe ser evaluada por un Centro de Reconocimiento de Conductores, que determinará si es apta para manejar o que le pedirá al conductor un avál de un especialista para que pase los exámenes médicos.
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En paralelo, el caso de los pacientes con diabetes tratados con insulina sirve como ejemplo. Si han sufrido hipoglucemias severas o descompensaciones recientes, no pueden renovar o sacar la licencia sin un informe médico de un endocrinólogo que garantice el control adecuado de la enfermedad.
Ante este panorama, los profesionales de la salud recomiendan no automedicarse ni iniciar tratamientos con agonistas del GLP-1 sin supervisión médica. También sugieren estar atentos a cualquier síntoma que pueda interferir con la conducción y, en caso de presentarlos, abstenerse de manejar hasta contar con una valoración profesional.
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