Este detalle que pocos saben de las llantas de un carro hará que gaste más gasolina
Entre el 20 % y el 30 % de la gasolina utilizada por un vehículo se relaciona directamente con sus neumáticos.
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El consumo de combustible de un automóvil no depende únicamente del motor o del estilo de conducción. Existen factores menos visibles que también influyen, y entre ellos se encuentra un componente que casi todos los conductores pasan por alto: las llantas.
Diversos análisis técnicos señalan que entre el 20 % y el 30 % de la gasolina utilizada por un vehículo se relaciona directamente con sus neumáticos.
A esto se suma que cerca del 24 % de las emisiones de dióxido de carbono producidas por los automóviles de carretera proviene de ese mismo elemento.
En muchos casos, quienes deciden cambiar las llantas de fábrica lo hacen buscando un mejor aspecto estético o un desempeño distinto en la conducción.
Sin embargo, alterar el tamaño de los neumáticos puede tener un efecto inesperado: modificar la resistencia que el carro enfrenta al rodar, lo que se traduce en mayor esfuerzo para el motor y, por lo tanto, en más gasto de combustible. Por
La resistencia a la rodadura se entiende como la fuerza necesaria para que un neumático avance sobre el pavimento. En otras palabras, mide cuánto trabajo adicional debe realizar el vehículo para mantener el movimiento de sus ruedas.
Un aumento en esa resistencia, por pequeño que parezca, impacta de inmediato en la eficiencia del carro.
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Cuando un conductor instala llantas con un diámetro mayor al recomendado por el fabricante, el vehículo tiende a consumir más gasolina. Esto se debe a que los neumáticos de mayor tamaño suelen pesar más y generan un área de contacto más amplia con la carretera.
Los estudios calculan que el incremento en el consumo puede oscilar entre un 2 % y un 25 %, dependiendo del cambio realizado. En casos leves, como aumentar una o dos pulgadas respecto al tamaño original, la diferencia se refleja en un par de kilómetros por galón menos en el rendimiento.
No solo el diámetro influye. El ancho de las llantas también tiene un efecto medible. Neumáticos más anchos ofrecen mejor agarre y estabilidad, lo que resulta positivo en maniobras exigentes, pero al mismo tiempo incrementan la resistencia al rodaje y elevan el gasto de gasolina.
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En contraste, las llantas más delgadas reducen esa resistencia y pueden ayudar a ahorrar combustible. La desventaja es que comprometen la tracción, lo que significa que no siempre son la mejor opción para todos los escenarios de conducción.
El tamaño de las llantas no solo modifica la economía de combustible. También afecta otras áreas del vehículo:
Los especialistas recomiendan conservar las especificaciones de fábrica tanto en diámetro como en ancho de las llantas.