El color negro de las llantas no es al azar, ya que cumple con funciones mucho más importantes que disimular el mugre que por la naturaleza de su labor, de estar todo el tiempo contra el suelo.
Y es que la tonalidad original de las llantas, al ser caucho, es blanca, pero se mezcla con compuestos derivados del carbón que le dan la tonalidad oscura que todos conocen.
Ese color tiene como explicación, el objetivo de aumentar la resistencia de las llantas y neumáticos, pues si presentara una tonalidad clara, al ser expuesto al calor y fricción, su durabilidad se vería comprometida.
Como ocurre con cualquier otro elemento de goma y caucho, la exposición a los rayos ultravioleta provocan un deterioro y endurecimiento de los materiales que lo componen, mientras que el negro carbón disuade estos efectos nocivos.
La banda de rodadura de las llantas que tiene contacto directo con el asfalto, la cual tiende a sufrir mayor contacto con el calor y las condiciones del camino, parte en la que si alta temperatura no se dispersa, es más propensa a sufrir un desgaste acelerado. Por lo que se ha logrado comprobar que los elementos con los que son elaborados y que brindan el color negro, generan un control de temperatura.
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