Hong Kong amaneció esta semana con la que ya es considerada una de las tragedias urbanas más graves de su historia reciente.
Un gigantesco incendio arrasó siete edificios residenciales del complejo Wang Fuk Court, en el distrito de Tai Po, dejando hasta el jueves un saldo devastador: 65 personas fallecidas y 70 más heridas, en un episodio que revive los peores recuerdos de catástrofes similares en China durante las últimas décadas.
Las llamas, que comenzaron a propagarse desde los tradicionales andamios de bambú instalados alrededor de las torres de 31 pisos en proceso de reparación, envolvieron los bloques en cuestión de minutos. Según las autoridades, las estructuras temporales y materiales de espuma empleados en las obras habrían actuado como combustible, acelerando un fuego que terminó convirtiendo el complejo en una trampa mortal.
La superintendente de policía Eileen Chung fue contundente: “Tenemos razones para creer que los responsables de la empresa actuaron con negligencia grave, lo que permitió que el incendio se extendiera sin control y provocara un número tan alto de víctimas”. Como parte de la investigación preliminar, tres miembros de la firma encargada de las obras —dos directores y un consultor de ingeniería— fueron arrestados.
Durante la tarde del jueves, aún se observaban focos activos en varias ventanas ennegrecidas mientras los rescatistas continuaban enfriando las fachadas carbonizadas. En las primeras horas de la emergencia, fragmentos de los andamios incendiados caían desde lo alto, mientras desde los apartamentos se divisaban escenas de devastación total.
Derek Armstrong Chan, subdirector de operaciones del cuerpo de bomberos, explicó que la temperatura dentro de los edificios seguía siendo “extremadamente alta”, lo que dificultaba el acceso a pisos donde aún había personas pidiendo auxilio. El viento, añadió, habría contribuido a que el fuego saltara rápidamente de torre en torre.
La tragedia ha sido comparada con el letal incendio de Shanghái en 2010, que dejó 83 muertos y fue causado por un manejo indebido de herramientas de soldadura. En Hong Kong, el impacto ha conmocionado al país al punto de que el presidente Xi Jinping envió sus condolencias y pidió redoblar esfuerzos para controlar completamente la emergencia y reducir más pérdidas.
En medio de la desolación, algunos residentes de edificios aledaños que habían sido evacuados por precaución pudieron regresar a sus hogares, aunque muchos aseguran que la escena que quedó atrás será difícil de olvidar.