El niño gazatí de 18 meses que lucha por sobrevivir al hambre en brazos de su madre
En medio del asedio a Gaza, Mohamed, un bebé de 18 meses con severa desnutrición, lucha por sobrevivir en brazos de su madre, Hidaya, una joven viuda sin recursos.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Mohamed Motawaq, un niño gazatí de apenas 18 meses, sobrevive con un cuerpo visiblemente debilitado por la desnutrición, sostenido entre los brazos de su madre, Hidaya al Mutawaq. Ella, una joven viuda en la treintena, perdió a su esposo en un bombardeo israelí y ahora enfrenta sola el desafío de cuidar a sus dos hijos en medio del asedio prolongado a la Franja de Gaza.
“Temo perder a mi hijo por la falta de comida y la hambruna que estamos viviendo. Su cuerpo está agotado, su rostro lo refleja. Ya no puede sostenerse en pie”, relata Hidaya a la agencia EFE desde la ciudad de Gaza.
Según cuenta, la salud de Mohamed comenzó a deteriorarse drásticamente en los últimos meses, marcados no solo por el recrudecimiento de los bombardeos e incursiones militares israelíes, sino también por la casi total interrupción del ingreso de alimentos, medicinas y combustible.
“Antes estaba sano, comía bien y tenía un peso normal. Ahora pesa solo seis kilos. Me cuesta conseguir siquiera un plato de arroz para mis hijos. A veces nos vamos a dormir sin haber comido”, lamenta con impotencia.
Ni siquiera en los pocos hospitales aún en funcionamiento —varios de ellos bombardeados y sin suministros básicos— encuentran respuesta para la situación crítica del niño. “He ido muchas veces al hospital, pero no hay resultados. Me dicen que necesita suplementos básicos para recuperarse, pero no los hay”, agrega.
El mercado local tampoco representa una alternativa viable. Los escasos productos disponibles tienen precios inalcanzables para Hidaya, que quedó sin ningún ingreso tras la muerte de su esposo, quien era el principal proveedor del hogar.
“Mi esposo murió en la guerra, era nuestro único sustento. Ahora soy yo quien intenta cubrir lo básico, pero no puedo. Aunque algunos alimentos están en los mercados, sus precios son excesivos”, asegura.
La situación de esta familia se agrava aún más por las condiciones de su vivienda. Su refugio es una tienda de campaña temporal, sin camas ni almohadas, lo que complica todavía más el bienestar de Mohamed.
Publicidad
“Mi hijo necesita cosas básicas: una cama, una almohada. Ni siquiera tengo una tienda propia. Vivimos en una provisional, sin condiciones adecuadas para un bebé”, relata con tristeza.
Desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023, ordenada por el gobierno de Benjamín Netanyahu, la crisis humanitaria en Gaza ha cobrado la vida de al menos 127 personas por hambre, de las cuales al menos 85 eran niños, según el Ministerio de Sanidad palestino.
Muchas de estas muertes han ocurrido recientemente, en julio, especialmente en el norte de la Franja, donde no hay puntos de distribución de alimentos de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés).
Publicidad
Allí, los residentes dependen de los pocos camiones de ayuda de la ONU que logran entrar tras procesos burocráticos prolongados. El Ejército israelí acusa a las agencias humanitarias de no distribuir los suministros almacenados cerca de la frontera, mientras estas organizaciones denuncian las restricciones impuestas por Israel que dificultan el acceso a la ayuda.
Mientras tanto, mujeres como Hidaya viven al límite, temiendo cada día que sus hijos no sobrevivan a esta crisis. “Solo quiero salvar la vida de mi hijo”, dice, aferrada a la esperanza de que el mundo escuche su clamor.