El país que creó una central nuclear y nunca la usó: "Nos expropiaron las tierras"
La central nuclear, creada en una zona campesina, ha estado inactiva por más de cuatro décadas.
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Fue una central nuclear que se creó en la década de 1970 y la inversión para su creación fue de miles de millones. La central se llama Lemóniz y está ubicada en la ciudad de Vizkaya, en España. Su constitución fue con la intención de generar energía nuclear para reducir la dependencia energética internacional. Sin embargo, pese a que ya tenían todo listo para que la central empezara a funcionar.
La central se creó como parte de una estrategia que buscaba alcanzar a cubrir las necesidades energéticas que presentaba España ante su expansión y crecimiento económico, junto con otras centrales distribuidas por el país, pero que sí entraron en funcionamiento.
Cuando el proyecto despertó, estaba en inicio una fuerte oposición social y ecologista, que alertaba sobre los riesgos medioambientales y de seguridad. Manifestaciones multitudinarias recorrieron en el País Vasco Euskadi, durante la construcción, mientras la central avanzaba a un coste económico creciente.
La tensión aumentó cuando un grupo armado ETA, adelantaba una estrategia política y armada, convirtió la planta en su objetivo. Entre 1978 y 1982, varios atentados dejaron daños y víctimas mortales, entre ellas el ingeniero jefe José María Ryan, secuestrado y asesinado en 1981. Estos ataques marcaron profundamente a la opinión pública y aceleraron el desgaste político de la obra.
En 1983, el Gobierno de Felipe González decretó la paralización del programa nuclear, y Lemóniz quedó abandonada pese a estar prácticamente terminada. El accidente de Chernóbil, en 1986, reforzó la decisión de no reactivar el proyecto.
Hoy, más de cuarenta años después, la central permanece abandonada y España no sabe qué hacer con ella. Nunca produjo electricidad, pero se convirtió en símbolo de la controversia en torno a la energía nuclear y de una época en la que se cruzaron política, ecología y violencia.
Valentín Elórtegui, un vecino de Lemóniz que vivió en primera persona la transformación del lugar por la construcción de la central y la pérdida de viviendas y tierras de las familias locales, le indicó a BBC que vio cómo muchos campesinos de la zona tuvieron que vender sus tierras y otras fueron expropiadas.
"La mayoría de mis vecinos tuvieron que vender sus casas o les fueron expropiadas”, recordó Valentín a BBC.