La historia de Campira Lisandra Camorlinga Alanís, una madre de 31 años víctima de feminicidio en Coyoacán, vuelve a generar indignación tras nuevos detalles revelados por su familia en entrevista con Pepe y Chema Podcast.
Campira conoció a Jorge, señalado como asesino serial y conocido como “el matanovias”, quien ganó su confianza mediante lo que su madre, Margarita, describe como un “chantaje emocional” basado en una supuesta viudez.
A pesar de advertencias previas sobre su conducta violenta, Campira estaba “muy entusiasmada” porque él le demostraba “mucho afecto, mucho cariño, mucha comprensión”, según relató su madre.
El 31 de diciembre de 2016, Margarita intentó comunicarse sin éxito con su hija. Un amigo de la familia acudió a la vivienda, pero Jorge aseguró que Campira “estaba dormida”. Al día siguiente, la casa fue encontrada con olor a gas y el cuerpo sin vida de la joven.
Aunque inicialmente se habló de un posible suicidio, la madre revisó las fotografías del cuerpo y encontró “moretones en los brazos, unos rasguños en la cara y su cabello completamente corto”. Una funcionaria del Ministerio Público le confirmó sus sospechas: “¿Le dijeron que su hija se suicidó, verdad? No tiene ningún síntoma, tiene todas las características de un feminicidio”.
El caso avanzó cuando cámaras de seguridad confirmaron que Jorge entró y salió del domicilio el 31 de diciembre. Fue detenido en Guatemala en octubre de 2017 y enfrentó un largo proceso judicial. En 2024 recibió una condena de 60 años, que luego fue reducida a 50 tras una apelación.
La familia aún espera la resolución de un último amparo, mientras recuerdan que Jorge llegó a amenazarlos por presunto “daño de imagen” por las publicaciones sobre la muerte de Campira.
Un caso similar ocurrió en Jalisco en noviembre de 2020, donde Isis Surtiaga, una joven de 19 años apasionada por la medicina, fue víctima de feminicidio presuntamente a manos de su pareja, Salvador Pérez Belmontes, de 21 años. Según su madre, Sandra Ramírez, la relación se había deteriorado por los comportamientos “celosos” y “posesivos” de Salvador.
El día de los hechos, Isis pidió permiso para salir: “Chava me invitó a comer y me invitó a ir al cine, ¿puedo ir?”. Horas más tarde, familiares del joven la condujeron a un motel donde encontró la escena acordonada.
Aunque inicialmente las autoridades insinuaron que la muerte de la joven se debía a un infarto, la Fiscalía de Feminicidios le confirmó a la madre la verdadera causa: “La muerte de Isis no fue un infarto, fue asfixia directa, muerte por asfixia directa”. Durante el juicio, Salvador argumentó que se trató de un accidente derivado de una relación sexual “fuerte”, en la que, según dijo, no midió su fuerza.
Sin embargo, el 18 de junio de 2024 fue declarado culpable y sentenciado a 40 años de prisión. La familia teme que la apelación actualmente en curso pueda derivar en su liberación.