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La colombiana Diana Mosquera vive hace 4 años en Ciudad del Cabo, la urbe africana que podría quedarse sin agua potable este año.
La intensa reducción del consumo de agua por los ciudadanos permitió ampliar hasta julio el margen que la ciudad tiene hasta quedarse sin agua corriente por la extrema sequía y el mal manejo de los recursos.
Los vegetales han aumentado los precios por la crisis, y el restaurante de la colombiana se ha visto afectado; aunque el lugar sigue funcionando, han tenido que implementar estrategias para ahorrar agua.
Los habitantes esperan que con la llegada del invierno empiece a llover y puedan salir de la crisis.
También tienen esperanzas en los planes que el gobierno ha implementado. Aun así, los habitantes han empezado a tomar medidas por su cuenta.
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“Mucha gente está tratando de abastecerse de agua en caso de que llegue el día cero, pero no hay pánico colectivo, estamos esperando que llueva y que los planes de salinización que entran en funcionamiento a mediados de junio den resultados”, dice Mosquera.
Vea aquí: El agua, la deuda histórica de los políticos en Santa Marta
Además, agrega que el hecho de que en muchas zonas no cobren el servicio de agua, genera que los habitantes desperdicien el líquido.
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La colombiana residente en la ciudad africana asegura que el aumento de botellas plásticas para consumo de agua, que traen de otros lugares como Johannesburgo, también podría crear una crisis de contaminación a causa de las grandes cantidades de plástico que puede llegar a haber en Ciudad del Cabo.
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