Alrededor del mediodía del jueves, 17 de agosto, se sintió un intenso temblor que sacudió gran parte del país. De acuerdo con informes preliminares, el movimiento telúrico principal alcanzó una magnitud de 6.1, seguido por dos réplicas de 5.6 y 4.8.
Según el Servicio Geológico de Colombia (SGC) en su informe preliminar, el epicentro del sismo se localizó en El Calvario, Meta, a una profundidad superficial, es decir, menor a los 30 kilómetros.
Este sismo, que tuvo impacto no solo en el Meta y la capital del país, provocó daños en la infraestructura de algunas edificaciones en el departamento de Cundinamarca.
Nicolás García, gobernador de Cundinamarca, reportó deslizamientos en Guayabetal y Chipaque. El edificio de la Alcaldía de Ubalá también presentó afectaciones por los sismos.
En el municipio de Gachalá, las autoridades informaron sobre la caída de la cúpula y la cruz central de la iglesia principal. En la estación de bomberos se reportó que las antenas de comunicación también resultaron dañadas, mientras que en algunas edificaciones se desplomaron los techos.
Por otro lado, en el municipio de Medina, la iglesia principal presentó grietas en su antigua estructura.
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En Guayabetal, las autoridades reportaron la caída de vidrios, desprendimiento de muros y algunas fisuras en las viviendas de la comunidad.
Al mismo tiempo en Quetame, la iglesia principal presentó agrietamientos en su fachada.
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Finalmente, en La Calera, las autoridades brindaron apoyo psicológico a la población que sufrió ataques de pánico como consecuencia del sismo.
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