¿El Estado puede bombardear cuando hay presencia de menores? Esto dijo experto de DIH
La muerte de 15 menores en recientes bombardeos contra disidencias de las Farc reabrió un debate incómodo en el país.
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La muerte de 15 menores en recientes bombardeos contra disidencias de las Farc reabrió un debate incómodo en el país. Lo que empezó como una moción de censura contra el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, terminó convirtiéndose en una discusión más profunda sobre los límites del Derecho Internacional Humanitario, el reclutamiento forzado y la responsabilidad del Estado en operaciones militares.
Para aclarar ese panorama, El Radar entrevistó al doctor Jean Carlo Mejía, director del Centro de Sensibilización en DIH de la Universidad Militar Nueva Granada. Su frase más contundente marcó el tono de la conversación: “En Colombia no tenemos conciencia de la guerra porque la llamamos orden público”.
Mejía explicó que el DIH no funciona como la legislación de derechos humanos porque parte de una realidad dura: en la guerra hay tragedias inevitables. Aun así, insistió en que los menores reclutados siguen siendo víctimas, incluso cuando participan activamente en hostilidades. “Lamentamos profundamente toda muerte, incluso en un contexto de guerra, pero hay realidades que el país no quiere reconocer después de 60 años de conflicto”, afirmó.
Sobre la operación en Guaviare, señaló que no se trataba de un campamento, sino de un movimiento hacia el combate. Más de 150 disidentes avanzaban hacia una unidad de 20 soldados. “Es una etapa de guerra de movimientos. Esos menores iban hacia el contacto. No son combatientes, pero sí participaban directamente en hostilidades”, explicó.
El experto aclaró que en un conflicto interno el término combatiente solo aplica a miembros de la Fuerza Pública. Los menores reclutados, aunque víctimas, pueden perder su protección si están directamente involucrados en ataques a civiles o militares.
Mejía también explicó que el DIH permite operaciones incluso con presencia de menores, siempre que exista un esfuerzo razonable de verificación. “En lo posible, la inteligencia debe determinar la presencia de niños y sus edades. Pero esto es DIH, no derechos humanos: no siempre es viable obtener esa certeza”, precisó.
Recordó además el llamado de la defensora del Pueblo, Iris Marín, quien advirtió que las disidencias como la estructura de ‘Iván Mordisco’ siempre involucran menores. Para Mejía, esto obliga a fortalecer la inteligencia humana, el perifoneo en zonas de reclutamiento, la coordinación con el CICR y campañas preventivas.
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También hizo una comparación con la caída del exministro Guillermo Botero. En ese caso, dijo, la crisis se produjo por ocultar información. “Aquí el dato fue apareciendo después por Medicina Legal. Eso complejiza, pero no equivale a ocultamiento”, puntualizó.
Al cierre, dejó una reflexión que estremeció a la audiencia: “Muchos menores se van porque huyen de la violencia intrafamiliar. Esta guerra nos atraviesa más de lo que estamos dispuestos a aceptar”.
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