Hablan amigos de Miguel Uribe Turbay que estuvieron con él el día del atentado
Dos de las personas que lo acompañaban ese día, Gustavo Niño y Víctor Mosquera, relataron los momentos inéditos del 7 de junio.
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El pasado 11 de agosto, Colombia recibió la noticia de la muerte de Miguel Uribe Turbay, senador y precandidato presidencial, quien permaneció 64 días en estado crítico en la Fundación Santa Fe de Bogotá. El 7 de junio, durante un evento de campaña en el parque El Golfito, en Modelia, un menor de 15 años le disparó dos veces en la cabeza y una en la pierna izquierda.
En el podcast Más allá del silencio, dos de las personas que lo acompañaban ese día, Gustavo Niño y Víctor Mosquera, reconstruyeron los hechos. Mosquera recordó que Uribe “estaba muy emocionado de ver tanta gente” y que, al llegar, “la gente coreaba ‘presidente, presidente, presidente’”. Según dijo, el candidato incluso extendió su intervención “para recibir preguntas y contestar las mismas”.
En medio de ese ambiente, una mujer irrumpió gritando improperios. Niño relató que “lo que hicimos algunos fue tratar de rodearla para que nadie tuviera ningún altercado”, mientras Uribe pedía calma: “No, no, no, quietos (...) Más bien invito a la señora que venga y podamos debatir”.
El discurso continuó, pero pronto llegaron los disparos. “Yo estaba a tres, cuatro metros y escuché seis disparos (...) Para mí fueron tiros al aire”, contó Niño. Sin embargo, al acercarse, vio que Uribe estaba en el suelo. “Ese momento nos impactó y me quedé bloqueado”, agregó.
Mosquera, que fue quien lo auxilió, describió: “Veo a Miguel postrado en el suelo, inconsciente totalmente y me abalanzo para auxiliarlo (...) La sangre era muy notoria”. Junto a un escolta, lo levantó y comenzó a gritar: “¡Un carro, un carro!”.
La ayuda llegó de forma inesperada. “Eso fue un milagro, que la ambulancia estuviera ahí en ese momento”, dijo Niño. Provenía de atender un accidente cercano y permitió llegar en menos de cinco minutos a un centro médico.
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Durante más de dos meses, Uribe resistió. “Toda la fe, toda la esperanza puesta en Dios (...) hasta el último minuto creíamos que Miguel iba a estar bien”, afirmó Mosquera.
Niño recordó que, en medio del shock, pensó en el hijo menor del senador: “Alejandro es la mayor ilusión de Miguel, ser padre (...) su mayor orgullo, su mayor anhelo”. Para él, ese amor por su familia y su compromiso con el país constituyen el legado que deja.