Incendió e inundación a bordo: entrenamiento extremo de tripulación del ARC Gloria para sobrevivir
El teniente de navío Óscar Franco, ingeniero jefe del buque escuela ARC Gloria, explica paso a paso el control de averías a bordo, el entrenamiento teórico y práctico que forma a los cadetes y cómo la tripulación confina el peligro antes de que el barco pierda el rumbo.
Entrenamiento extremo de tripulación del ARC Gloria
En el silencio metálico de las cubiertas del buque escuela ARC Gloria, basta el sonido de una alarma para que la rutina se transforme en reacción. No hay espacio para el pánico, ni margen para la duda. Cada tripulante sabe dónde ir, qué cerrar y cómo responder. Es el resultado de un entrenamiento constante que prepara a la tripulación para los dos enemigos más temidos en el mar: el incendio y la inundación.
“Lo principal, explica el teniente de navío, Óscar Franco ingeniero jefe del Gloria, es entender el concepto del control de averías, una doctrina que rige en todas las unidades de la Armada Nacional. A partir de ahí formamos a los cadetes para que sepan actuar ante cualquier emergencia real”, aseguró.
Franco detalla que el proceso tiene dos etapas: una fase teórica, donde los jóvenes aprenden los sistemas de achique y los equipos de combate de incendios a bordo; y una fase práctica, en la que deben poner a prueba lo aprendido. “Ayer, cuenta, tuvimos una de esas jornadas: los cadetes manipularon el equipamiento real y aprendieron a reaccionar como lo harían en una situación de verdad”, dijo.
Entrenamiento extremo de tripulación del ARC Gloria
Foto: Blu Radio
Cuando se reporta un incendio a bordo, la prioridad es detectar el foco, confinarlo y evitar su propagación. La primera línea de respuesta es el grupo de reparaciones, un equipo entrenado especialmente para atender emergencias. “Nuestros hombres identifican el origen del fuego, aíslan el compartimento y emplean los sistemas fijos y portátiles de extinción. La idea es que el fuego no avance y que podamos mantener el control total del buque”, aseguró.
La reacción ante una inundación exige el mismo rigor, pero una estrategia distinta. En ese caso, lo primero es aislar el compartimento afectado y activar los sistemas de achique para desalojar el agua. “Puede ser una fisura en el casco o una ruptura en una tubería. Lo esencial es detener el ingreso de agua y bombearla fuera del buque antes de que comprometa la estabilidad”.
Cada movimiento tiene una razón técnica, y cada segundo cuenta. Por eso los cadetes entrenan una y otra vez en escenarios simulados, con alarmas, humo artificial y compuertas cerrándose. Aprenden a actuar sin pensar, a responder con precisión y a mantener la calma incluso cuando todo parece temblar.
Entrenamiento extremo de tripulación del ARC Gloria
Foto: Blu Radio
“Es un entrenamiento que combina disciplina, técnica y reflejos. Lo que buscamos es que los futuros oficiales de la Armada reaccionen con seguridad, sin perder el control, porque en una emergencia real no hay tiempo para dudar”, agregó el teniente.
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Así, mientras el Gloria sigue su ruta por los mares del mundo, su tripulación no solo representa a Colombia: aprende a dominar los riesgos del océano con conocimiento, temple y trabajo en equipo. En cada maniobra, en cada simulacro, los cadetes se preparan para el día en que el fuego o el agua pongan a prueba su vocación. Porque en el mar, cuando la emergencia golpea, solo la preparación convierte el peligro en supervivencia.