“Miguel Uribe quería un país mejor”, dice Mónica Pachón, su profesora en Los Andes
Se siguen conociendo reacciones de la muerte de Miguel Uribe Turbay, tras dos meses internado en la Fundación Santa Fe.
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La académica Mónica Pachón, profesora de la Universidad de los Andes, recuerda entre lágrimas a quien fuera su alumno, amigo y, en ocasiones, interlocutor político: Miguel Uribe. En conversación con Mañanas Blu, Pachón evocó el compromiso, la inteligencia y la vocación de servicio público que marcaron la vida del joven político colombiano, asesinado recientemente.
“Él quería un país mejor, quería una mejor Colombia, quería honrar la muerte de su mamá, quería cuidar a sus hijos… amaba esta ciudad, amaba Bogotá”, afirmó conmovida Pachón.
La profesora relató que conoció a Uribe cuando este ingresó a la maestría en la Universidad de los Andes. “Estaba en mi seminario de investigación, fui su directora de tesis y desde ese momento comenzamos una relación académica y humana muy especial”, narró. Su investigación abordaba el programa 40 por 40 de la Alcaldía de Gustavo Petro, sobre el cual Uribe tenía “profunda preocupación por su gestión”.
Desde sus primeros años en la vida pública, Miguel Uribe mostró un interés genuino por el diseño de políticas que mejoraran la calidad de vida de los ciudadanos. Pachón destacó su capacidad estratégica y su perseverancia.
“Miguel era una persona tan inteligente y tan capaz… siempre estaba años luz de lo que yo le podría decir”, recordó, enfatizando que su papel fue más de acompañar que de aconsejar.La docente se mostró orgullosa de los logros que acumuló su exalumno: ser secretario de Gobierno de Bogotá, senador, candidato a la Alcaldía y, más tarde, aspirante a la Presidencia. Su paso por la Universidad de Harvard, dijo, fue un sueño cumplido que lo conectó con líderes y académicos de todo el mundo.
El retrato que hace Pachón muestra a un hombre inquieto, siempre en movimiento. “No tenía una tarde libre para quedarse quieto”, contó el periodista Néstor Morales durante la entrevista. Uribe combinaba la política con pasiones como el ajedrez, el piano, el golf y el deporte.
Pachón resaltó particularmente su faceta de estratega: “Siempre pensaba cómo lograr el objetivo para que la política pública se mejore, para que el metro se apruebe, para que Bogotá tenga mejores inspectores de policía… siempre orientado a resultados de manera impresionante”.
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A pesar de su liderazgo, Pachón subrayó que Uribe tenía una notable disposición para escuchar y aprender. “No estaba rodeado de gente que le decía que sí a todo; buscaba consejo, cuestionaba, debatía”, explicó. La última vez que conversaron fue el jueves previo al atentado, cuando le preguntó su opinión sobre el panorama político tras un evento de Asobancaria.
“Siempre estaba dispuesto a aprender y mejorar todos los días. Cuando lo veía muy acelerado, se lo decía, y eso nos permitía tener conversaciones muy chéveres”, dijo Pachón.
Aunque nunca le manifestó temor por su propia integridad, sí expresaba inquietud por la seguridad del país y, sobre todo, por el bienestar de sus hijos. Pachón lo recuerda como un hombre que entendía la fragilidad de la vida al convertirse en padre: “Sentía que el mundo lo iba a necesitar y que tenía una responsabilidad inmensa con sus hijos”.
Para Pachón, la muerte de Miguel Uribe es una pérdida irreparable para Colombia. “Era valiente, ambicioso, con ganas de cambiar este país”, aseguró. La académica insiste en que su paso por la vida pública deja una lección de compromiso y preparación.
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La figura de Uribe, construida desde el esfuerzo académico, el liderazgo político y la pasión por el servicio, seguirá siendo un referente para quienes creen en una política basada en la inteligencia, la estrategia y la humildad.
“Su familia y todos los colombianos perdimos a un ser muy especial”, concluyó Mónica Pachón, entre la tristeza y el orgullo de haber sido parte de su camino.